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TENDENCIAS DE LA INVESTIGACION

Tendencias epistemológicas de la investigación científica en el Siglo XXI

Dr. José Padrón Guillén

Enero, 2007

Versión escrita de la Conferencia del mismo título en el

III Congreso Nacional de Escuelas de Postgrado del Perú

Universidad Nacional de Cajamarca

Cajamarca, Perú, 22-24 de noviembre, 2006

http://padron.entretemas.com

josepadrong@fundacionlineai.org

______________________________________________________________

CONTENIDOS

ABSTRACT..................................................................................................................................................... 1

RESUMEN....................................................................................................................................................... 1

INTRODUCCIÓN............................................................................................................................................ 2

1. MARCO DE ANÁLISIS.............................................................................................................................. 3

1.1. Conceptos básicos ................................................................................................................................. 3

1.2. Criterios de análisis ............................................................................................................................... 6

2. REFERENCIA ESENCIAL: LA EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX (

2.1. La matriz diacrónica hasta 1970, aproximadamente .............................................................................. 9

2.2. Prolongaciones para 1970-1990, aproximadamente............................................................................. 12

1920-1990) ........................... 9

2.2.1. La Visión programática y transindividual de la Ciencia

.............................................................. 12

2.2.2. El Programa de la “Sociología del Conocimiento”

..................................................................... 13

2.2.3. La Naturalización de la Epistemología y la Epistemología Evolutiva

.......................................... 15

2.2.4. Otras prolongaciones

3. LA EPISTEMOLOGÍA EN LOS ÚLTIMOS 16 AÑOS (1990-2006) ....................................................... 17

3.1. Las “Nuevas Epistemologías” .............................................................................................................. 17

.................................................................................................................... 16

3.1.1. Las epistemologías subjetivistas (racionalismo y empirismo idealistas)

...................................... 18

3.1.2. Las Epistemologías empiristas realistas

....................................................................................... 22

3.1.3. Las Epistemologías racionalistas-realistas

3.2. Problemas y debates en la Epistemología reciente............................................................................... 29

3.2.1. El problema de la justificación ...................................................................................................... 29

3.2.2. El problema de las ciencias sociales.............................................................................................. 31

4. CONSIDERACIONES FINALES .............................................................................................................. 34

Referencias ..................................................................................................................................................... 36

................................................................................... 26

En: Piscoya-Hermoza, L. (Comp.)

(2007): Postgrado: Investigación y

Desarrollo. Cajamarca: Universidad

Nacional de Cajamarca, pp. 15-65.

----------------

Cinta de Moebio. Revista de

Epistemología de Ciencias Sociales.

Universidad de Chile 28: 1-28.

Disponible:

www.moebio.uchile.cl/28/padron.html

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Padrón, José (2007):

Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

de Cajamarca. Cajamarca, Perú.

Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

1

ABSTRACT

Recent trends in epistemology of science and of scientific research are discussed in this paper, under an

explanatory view that considers them as observational variations occurring in a timeline, generated from a

few underlying ahistorical and pretheoretical frames called “epistemological approaches”, isomorphically as

the known differences between “surface” and “deep” structures or between “type” and “token”, etc. Within

this hypothetical assumption avoiding a merely narrative or historical description and within some other criteria,

firstly an essential reference, the epistemology of science between 1920 and 1990, is characterized as

the key for understanding variations and trends that take place during the last 16 years in the development

of epistemology of science. In the second main part, recent trends are discussed and explained. A more

general and deeper view concerning the applicability of epistemology to the everyday practice of research is

stressed in the concluding section.

RESUMEN

En este documento se discuten las recientes tendencias de la epistemología (entendida como teoría de la

ciencia y de la investigación), desde un punto de vista explicativo que las considera como variaciones observacionales

que aparecen en un cierto lapso, pero que son generadas por marcos subyacentes de carácter

ahistórico y preteórico, llamados “enfoques epistemológicos”, de modo isomórfico a las conocidas diferencias

entre estructuras “superficial” y “profunda” o entre “type” y “token”, etc. Dentro de esta presuposición

hipotética, alejada de una descripción meramente narrativa o histórica, y dentro de algunos otros criterios,

en la primera parte se caracteriza una referencia esencial, el período entre 1920 y 1990, como clave para

entender las variaciones y tendencias en los últimos 16 años de desarrollo de la epistemología. En la segunda

parte se discuten y explican esas tendencias recientes. En la última sección se hace énfasis en una visión

más general y profunda que tiene que ver con la aplicabilidad de la epistemología a la práctica cotidiana de

la investigación.

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INTRODUCCIÓN

El objetivo de esta exposición es discutir las recientes tendencias en el desarrollo de la Epistemología,

atendiendo al surgimiento de nuevos problemas, al replanteamiento de problemas antiguos, a

las nuevas propuestas de solución y nuevas vías de exploración. Toda esta discusión de tendencias

epistemológicas tiene sentido sólo dentro de un marco de continuidad, de herencias y rupturas diacrónicas,

y, sobre todo, por referencia a una cierto esquema de fondo que, hipotéticamente, explica

y resulta responsable del surgimiento de esas tendencias y de sus variaciones diferenciales.

Ya al formular este objetivo y, en general, al hablar de Epistemología, es inevitable la toma de una

postura previa, debido a las múltiples divergencias y diversidades en torno a muchos de los términos

y conceptos implícitos, desde el mismo momento en que se inicia el tema. Dado que las concepciones

epistemológicas son siempre dependientes de un cierto Enfoque Epistemológico, una

solución es hacer referencia a las diferentes perspectivas, sin exclusiones significativas, de modo

que el discurso quede ubicado dentro de una cierta postura que pueda ser evaluada frente a otras.

Así, por ejemplo, aquí queda identificada una toma de posición respecto a qué es Epistemología,

cuál es su estatuto disciplinario en cuanto área del saber y cuál es su objeto de estudio. Pero al lado

de esa posición, también se describen otras diferentes, de modo que los usuarios puedan evaluar

esas diferencias.

Por esta razón, entre otras, las intenciones de esta exposición no están concebidas en un sentido

dogmático ni se pretende en modo alguno sentar cátedra o definir seguridades. Todo lo dicho aquí

tiene más bien un sentido hipotético, conjetural, de planteamientos que puedan ser discutidos, criticados

y evaluados, siempre dentro de una función didáctico-aplicativa que pueda servir de aporte

para el mejoramiento de los procesos investigativos universitarios en el seno de los programas de

Postgrado. Por eso se puso un empeño particular en proveer la mayor cantidad posible de referencias

bibliográficas, de manera que el usuario tenga la opción de validar y continuar por sí mismo las

ideas aquí tratadas.

Al hablar de “tendencias recientes”, y a pesar de que el título menciona al siglo XXI, se hace hincapié

en el lapso comprendido entre 1990 y el 2006, pero tomando como referencia la trayectoria inmediatamente

anterior, ubicada entre 1920 y 1990, sin cuya mención sería imposible entender esas

“tendencias recientes”. La razón es que resulta imposible comprender las tendencias del siglo XXI

sin considerar sus antecedentes en el tiempo. No se harán mayores referencias a las épocas previas

al siglo XX, sin negar su importancia y su fundamental influencia. Por razones obvias, estos datos

deberán quedar sobreentendidos en el marco de las presuposiciones de esta exposición.

En la primera sección se presentan algunas propuestas conceptuales básicas, algunas definiciones

provisionales y determinados criterios para el análisis de tendencias epistemológicas, los mismos

que permiten salir de un tratamiento meramente histórico-descriptivo de dichas tendencias para

entrar en un marco explicativo de las mismas. En realidad, el objetivo de esa primera sección es

ofrecer una herramienta con la cual no sólo podamos dar cuenta de las variaciones de tendencias en

el lapso entre 1990 y 2006, sino también en cualquier otro lapso, de modo que podamos también

hacer proyecciones más o menos acertadas sobre el desarrollo futuro de la Epistemología.

En la segunda sección se trabaja una referencia fundamental, que es el desarrollo de la Epistemología

entre 1920 y 1990, es decir, entre el surgimiento del llamado Círculo de Viena y luego la fecha

aproximada en la que parece cerrarse un importante ciclo de desarrollo y definiciones de los

Enfoques Epistemológicos básicos que subyacen a la diversidad de tendencias en el planteamiento y

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tratamiento de objetivos y problemas (la hipótesis sobre la relación entre Enfoques Epistemológicos

y variaciones observables de tendencias históricas queda planteada en la primera sección).

En la tercera sección, tomando como referencia lo tratado en la anterior, se discuten los principales

tópicos, problemas, tratamientos y corrientes que han tenido vida en los últimos 20 años. Se examinan

algunas ‘nuevas epistemologías’ y se expone la evolución reciente de algunos tratamientos divergentes

en torno a problemas clave.

Para terminar (cuarta sección), se discuten algunos elementos que podrían ser útiles para una evaluación

de los estudios en Epistemología, más unas consideraciones acerca de la aplicabilidad de la

Epistemología en el terreno de la práctica académica y de la promoción de la Investigación.

Finalmente, hay una aclaratoria necesaria respecto al título: se habla de “epistemología de la investigación

científica”, lo cual sería redundante para quienes conciben la epistemología como teorización

acerca de la ciencia, que es el caso aquí, como se explicará más adelante. Pero la redundancia

deja de serlo para quienes conciben la epistemología como filosofía del conocimiento en general, no

sólo del conocimiento científico.

1. MARCO DE ANÁLISIS

1.1. Conceptos básicos

Hay un acuerdo mínimo generalizado en que la Epistemología tiene que ver con el Conocimiento.

De allí en adelante surgen no sólo las diferencias, sino también las dificultades y los problemas.

Una diferencia que vale la pena destacar es que para unos la Epistemología estudia el conocimiento

en general, desde un punto de vista filosófico, con lo cual el término resulta aproximadamente sinónimo

de “Gnoseología” (suele ser el caso en el mundo anglosajón, por ejemplo), mientras que para

otros la Epistemología se restringe a uno de los tipos de Conocimiento: el Científico (en general,

suele ser el caso, por ejemplo, en Italia, Francia y Latinoamérica), con lo cual el término pasaría a

ser sinónimo de las expresiones “Filosofía de la Ciencia”, “Teoría de la Ciencia”, “Teoría de la Investigación

Científica”, etc. A lo largo de esta exposición se asume el segundo de estos dos sentidos

del término.

Pero una dificultad de primera magnitud está en lo que podría concebirse como la paradoja de

Gödel aplicada a la Epistemología. Como se sabe, Kurt Gödel demostró la imposibilidad de hablar

de cualquier sistema de cosas utilizando los mismos recursos internos del sistema en cuestión (es el

caso célebre del mentiroso: “yo siempre miento” es una expresión paradójica). Todos tenemos determinados

filtros preteóricos, precognitivos, que condicionan el modo en que conocemos y que

implican ciertas preconcepciones sobre qué es el conocimiento y sobre cuáles son sus vías legítimas

de producción y validación. Entonces, al hablar sobre el conocimiento, inevitablemente intervienen

esos filtros y ocurre que hablamos sobre ‘conocimiento’ utilizando los mismos recursos de nuestras

propias formas y procesos de

Una solución clásica a la paradoja de Gödel (que se refiere al caso de los sistemas lingüísticos en

general y más específicamente a los sistemas formales) está en crear un “meta-lenguaje” que nos

permita hablar adecuadamente del “lenguaje-objeto” (para el ejemplo del mentiroso, podría ser algo

así como “la frase ‘yo siempre miento’ es verdadera”). Pasando al caso de la paradoja epistemológica,

esa solución consistiría en crear algún sistema externo que considere los distintos filtros preteóricos

o precognitivos, o sea, las distintas perspectivas que condicionan nuestros propios procesos

conocimiento, lo cual enturbia los resultados y oscurece el asunto.

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de conocimiento y que, por tanto, nos permitan hablar de éste según tal o cual perspectiva. Ese sería

el único modo en que podríamos entender y manejar los debates entre, por ejemplo, las investigaciones

“cualitativa” y “cuantitativa” o entre “empirismo” y “racionalismo” o entre “idealismo” y

“realismo”, por sólo citar algunas divergencias. El hecho es que resulta imposible manejar cualquier

tesis epistemológica sin considerar la perspectiva preteórica desde la cual fue planteada y por eso

las discusiones entre perspectivas diferentes (como es el caso entre realismo e idealismo, por ejemplo)

resultan lógicamente irresolubles: al estar condicionadas por esos filtros o perspectivas cuyo

carácter es precognitivo (pre-racional y pre-lógico) resultan irreductibles en un plano lógico y racional.

En consecuencia, la solución está en algún aparato conceptual que explique la generación de

teorías del conocimiento a partir de diferentes perspectivas o filtros precognitivos. Esto resulta

esencial para dar cuenta de las variaciones en las tendencias de la Epistemología en cualquier lapso

histórico, siempre que se desee una visión explicativa de las mismas, más allá de una visión descriptiva

o anecdótica y más allá de un empeño en los debates y polémicas interminables. Más adelante,

al exponer los criterios de análisis, se verá cómo esta solución se asocia a la hipótesis de los

“Enfoques Epistemológicos”.

Un primer acercamiento al tema de las perspectivas precognitivas desde las cuales se puede hablar o

teorizar acerca del Conocimiento (o sea, desde las cuales se puede “hacer epistemología”) tiene su

raíz en la conocida tesis de los tres mundos de Popper (1982), que a su vez puede ponerse en conexión

con la anterior tesis del “triángulo de Odgens” (puede verse está conexión en Padrón, 2000).

Odgens había explicado el lenguaje como una estructura relacional entre tres elementos: el “Referente”

(las cosas, el mundo perceptible), el “Pensamiento” (la idea o representación mental de esas

cosas) y el “Símbolo” (las palabras que expresan ese pensamiento). El primer elemento remite al

plano del Objeto, el segundo al plano del Sujeto y el tercero al plano de las relaciones entre Sujetos.

De modo isomórfico, la tesis popperiana de los tres mundos supone esas mismas tres ‘realidades’:

el mundo de las cosas objetivas (“mundo 1”, donde está todo lo que captamos con nuestros sentidos);

luego, el mundo de los contenidos subjetivos (“mundo 2”, que incluye los contenidos de conciencia

y de la vida interior del sujeto); y en tercer lugar, el mundo de las construcciones simbólicoculturales

que trascienden al individuo para colocarse en el dominio de las sociedades (“mundo 3”,

el de las ideas y representaciones colectivas, tal como la lengua, la religión, el arte, la ciencia, la

ley, etc.). En el gráfico 1 se ilustra esta estructura relacional.

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Si estas tesis fueran acertadas, entonces también podría suponerse el predominio de cualquiera de

esos mundos o vértices triangulares sobre los otros dos en el modo preteórico o precognitivo en que

conocemos y en que procesamos y producimos información. Es decir, podríamos imaginar una variable

continua cuyos valores posibles se desplazarían hacia cualquiera de los puntos intermedios

entre esos tres elementos y los cuales expresarían ciertas preferencias cognitivas (esquemas de conocimiento,

manejo de información, resolución de problemas). Se tendría una primera perspectiva o

postura precognitiva orientada a la percepción sensorial, al uso del poder de los sentidos y a las cosas

observables (perspectiva desde el “mundo 1”). Se tendría también una segunda perspectiva o

postura precognitiva centrada en los contenidos de conciencia, en la subjetividad y en el uso del

poder de la intuición (perspectiva desde el “mundo 2”). Y se tendría, finalmente, una tercera perspectiva

o postura precognitiva basada en los mecanismos de entendimiento colectivo, en los aparatos

de vinculación con otros sujetos y en el uso del poder del razonamiento y la argumentación

(perspectiva desde el “mundo 3”). Esas tres perspectivas jamás serían valores discretos ni excluyentes,

sino predominios dentro de una variable continua, más o menos cercanos a alguno de esos tres

mundos. Atendiendo a esas perspectivas, podemos asociar respectivamente tres variaciones importantes

en las tendencias recientes de la Epistemología.

- En primer lugar, tenemos una perspectiva desde la cual se concibe la Epistemología como Filosofía

Analítica, siguiendo la herencia del Círculo de Viena y de la llamada “Concepción Heredada”

(

fidelidad al programa trazado en las célebres tesis del Círculo de Viena, incluyendo la necesidad de

reelaboraciones y respuestas a las objeciones lanzadas desde el falsacionismo popperiano y desde el

sociohistoricismo kuhniano.

- En segundo lugar, tenemos otra perspectiva desde la cual se concibe la Epistemología como reflexión

libre, tanto en un plano filosófico no analítico como en un plano socio-histórico, cultural,

psicológico y antropológico, sin demasiadas preocupaciones acerca de los linderos entre esas áreas,

sobre la base de nociones tales como el “pensamiento complejo”, el “holismo”, la “transdisciplinariedad”,

la “reflexividad” o la “posmodernidad”.

- En tercer lugar, hay otra perspectiva desde la cual se concibe la Epistemología como ‘Meta-

Teoría’ y como ciencia fáctica obligada a explicar, mediante teorías contrastables, los procesos del

conocimiento científico, del mismo modo en que la Biología se obliga a explicar los hechos orgánicos

o en que la Lingüística se obliga a explicar los hechos de lenguaje, etc.

Entender estas tres variaciones resulta sumamente importante a la hora de estudiar Epistemología y

de diseñar programas instruccionales, a la hora de analizar su desarrollo histórico y de aplicarla a

los proyectos de investigación y a los programas de desarrollo científico-tecnológico.

En síntesis, lo que se ha querido exponer hasta aquí es que la noción de Epistemología y, por tanto,

la consideración de las diversas tendencias en su desarrollo histórico, no pueden ser tratadas unívocamente

y ni siquiera descriptivamente, sino sólo por relación con determinadas perspectivas de

fondo que generan diversidades en los modos de “hacer epistemología” y de hablar de epistemología.

Entender esas perspectivas de fondo resulta vital para no extraviarse entre autores, propuestas y

polémicas y, sobre todo, para organizar, explicar y evaluar las múltiples direcciones hacia las cuales

se orienta el esfuerzo humano por entender el fenómeno de la Ciencia, a partir de lo cual cada quien

podría decidir y hacer sus propias selecciones de trabajo.

Received View). Esta perspectiva se caracteriza por su énfasis en la rigurosidad del análisis y por la

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Aquí se ha propuesto, a modo de primer acercamiento, la tesis de Odgens y Popper como base conceptual

para manejar esas perspectivas, pero, evidentemente, pueden imaginarse otras bases conceptuales

que resulten más eficientes e, incluso, esas mismas perspectivas pueden deducirse a partir de

otras tesis diferentes. En ello, precisamente, radica uno de los retos fundamentales para una Teoría

de la Ciencia.

1.2. Criterios de análisis

Para sistematizar las variaciones en los tratamientos epistemológicos se han adoptado hasta ahora

varios sistemas de clasificación y discriminación, todos los cuales se muestran insuficientes por

diversas razones.

Uno de estos criterios, tal vez el más simplificador de todos, es el que distingue entre visiones Cualitativa

y Cuantitativa. En la primera estaría ubicada la perspectiva subjetivista (“mundo 2”) y en la

segunda, la perspectiva objetivista (“mundo 1”). Obviamente, queda por fuera la perspectiva intersubjetivista

(“mundo 3”), con lo cual el tipo de ciencia desarrollado por Einstein, Mendeleiev,

Chomsky, etc., escaparía a esa clasificación. Por tanto, o el trabajo del tipo desarrollado por estos

autores no es ciencia o el sistema de análisis es incompleto. Pero en el mundo académico Einstein,

Mendeleiev y Chomsky son sistemáticamente considerados como científicos. Entonces, el sistema

que diferencia entre “cualitativo” y “cuantitativo” es incompleto. En realidad, la deficiencia básica

de este sistema de análisis está en su presuposición dualista “subjetividad / objetividad”.

Otro de estos criterios, sumamente parecido al anterior, es el que distingue entre “Ciencias del Espíritu”

y “Ciencias Materiales”. Su dificultad elemental está en la imposibilidad de establecer límites

discretos entre ambas cosas. La Lingüística, por ejemplo, es una “ciencia del espíritu” cuando aborda

fenómenos de comunicación social, pero es una “ciencia material” cuando aborda fenómenos

computacionales y lógico-formales: ¿habría que considerar dos ciencias diferentes cuando en realidad

se trata de una misma teoría, sólo por el hecho de que se aplican a hechos distintos? Algo parecido

podría aducirse en el caso de la clínica médica, con respecto a enfermedades “materiales” que

tienen bases psicológicas (“espirituales”). ¿Cómo congeniar ambas cosas?

Tenemos también el criterio de las diferencias entre “Ciencias Empírico-Analíticas”, “Ciencias

Histórico-Hermenéuticas” y “Ciencias Teórico-Críticas”. Lo único que puede distinguirse empíricamente

en este sistema es la “ciencia empírico-analítica”, que constituye un mismo conjunto indiscriminado

y confuso de toda la ciencia empirista y racionalista. Pero resulta imposible encontrar

datos empíricos que diferencien entre “ciencias histórico-hermenéuticas” y “ciencias teóricocríticas”.

Más bien, parece una discriminación “ad hoc” para resaltar el valor de ciertas perspectivas

precognitivas, con total independencia de soportes empíricos. Si la historia de la ciencia se ventilara

en términos de esta clasificación, el resultado sería confuso.

Ante estas dificultades, no parece posible establecer criterios de análisis de tendencias epistemológicas

basados en estas clasificaciones. En cambio, se adoptará la hipótesis de los “Enfoques Epistemológicos”

(resumida en Padrón, 1998), según la cual las variaciones observables en los procesos

de producción científica obedecen a determinados sistemas de convicciones acerca de qué es el conocimiento

y de sus vías de producción y validación, sistemas que tienen un carácter preteórico,

ahistórico y universal, denominados “Enfoques Epistemológicos”. Las variaciones observables generadas

por estos enfoques pueden estandarizarse en “Paradigmas” (en el sentido de Kuhn, 1975),

los cuales tienen lugar a lo largo de la historia de la ciencia y se suceden unos a otros en el control

de los estándares científicos de las épocas (

ciencia normal1?????? Revolución1?????? Ciencia Normal2??????

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Revolución

parecer únicos, diferentes y múltiples, en realidad sólo son manifestaciones empíricas de alguno de

los Enfoques Epistemológicos. Así, por ejemplo, el paradigma de la ciencia baconiana estaría generado

por el mismo enfoque epistemológico que generó al paradigma neopositivista, algunos siglos

después, así como el paradigma cartesiano sería la manifestación empírica del mismo enfoque epistemológico

que generó el paradigma chomskyano en la lingüística actual. Dicho de otro modo, el

enfoque epistemológico vendría a ser una función que transforma determinadas convicciones de

fondo, inobservables, de tipo ontológico y gnoseológico, en determinados estándares de trabajo

científico, estándares asociables a las distintas comunidades académicas.

Se utilizan dos variables para sistematizar los Enfoques Epistemológicos: una es de tipo gnoseológico,

referida a las convicciones acerca de la fuente del conocimiento, simplificada en dos valores:

empirismo / racionalismo. La otra es de tipo ontológico, referida a las convicciones acerca de las

relaciones del sujeto con la realidad, simplificada también en dos valores: idealismo / realismo. El

cruce de esas variables nos lleva tentativamente a cuatro Enfoques Epistemológicos: el enfoque

empirista-realista (mediciones, experimentaciones, inducción controlada…), el enfoque empiristaidealista

(etnografía, diseños de convivencia, inducción reflexiva…), el enfoque racionalista-realista

(abstracciones, sistemas lógico-matemáticos, deducción controlada…) y el enfoque racionalistaidealista

(interpretaciones libres, lenguajes amplios, argumentación reflexiva…). En la Tabla 1 se

muestran esos cruces.

2 ?????? Ciencia Normal3 ). Por más que estos paradigmas o “ciencias normales” puedan

VARIABLE GNOSEOLÓGICA

VARIABLE ONTOLÓGICA

EMPIRISMO RACIONALISMO

IDEALISMO

inducción reflexiva…

Interpretaciones libres, lenguajes

amplios, argumentación reflexiva…

Etnografía, diseños de convivencia,

REALISMO

inducción controlada…

Abstracciones, sistemas lógicomatemáticos,

deducción controlada…

Mediciones, experimentaciones,

Tabla 1: variables para clasificación de Enfoques Epistemológicos

El estudio de cada uno de estos enfoques epistemológicos permite manejar las perspectivas o los

marcos presuposicionales desde los cuales se conciben, desarrollan y evalúan los procesos científicos,

incluyendo la producción de investigaciones y, sobre todo, las tendencias en la evolución de la

Epistemología. Precisamente, esta hipótesis servirá, a lo largo de esta exposición, para explicar las

relaciones de continuidad, y también las de ruptura, que tienen lugar en las variaciones de las tendencias

epistemológicas de los últimos 16 años. En realidad, el supuesto básico de esta exposición

está en que esas tendencias no son entre sí aisladas ni inconexas, sino que unas son prolongaciones

de otras bajo un mismo enfoque epistemológico y otras son discontinuidades o rupturas con respecto

a otras en virtud de enfoques epistemológicos diferentes. Asimismo, sobre la base de esta noción

de

lugar en un futuro próximo.

Anteriormente (sección 1.1) se habló de ciertas perspectivas preteóricas, precognitivas, asociables a

la tesis popperiana de los tres mundos. Nótese que esas perspectivas (o filtros) equivalen a la misma

noción de “Enfoques Epistemológicos”, sólo que mientras en aquel caso se consideran tres grandes

sistemas de convicciones, en este otro la discriminación es un poco más fina, ya que permite distin

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Enfoque Epistemológico podrían también preverse las variaciones de tendencias que tendrán___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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guir dos variaciones importantes en la epistemología interpretativista (o comprensivista, asociada a

la idea de “ciencias del espíritu”), a saber, la variación experiencialista (convivencia, trabajos de

campo, al modo propuesto por Alfred Schutz) y la variación reflexivista (argumentaciones, crítica

sociohistoricista, al modo de Jürgen Habermas). Se trata de dos esquemas de análisis que resultan

convergentes y que pueden utilizarse a conveniencia. Es lo que se hará en las secciones que siguen.

Otro criterio de análisis adoptado en esta intervención es el que se refiere a la “Estructura Diacrónica”

(ver resumen en Padrón, 1998), según la cual los desarrollos científicos y meta-científicos se

basan en “Programas” de desarrollo progresivo (tal como en Lakatos, 1978) que van más allá del

individuo y, a veces, más allá de generaciones de individuos (piénsese en el programa de la gravitación,

desde Newton a Einstein, por ejemplo, o en el del racionalismo, desde los griegos a la actualidad).

Estos programas siguen una trayectoria temporal que comienza en una fase Descriptiva (cuáles

son los hechos), para luego pasar a una fase Explicativa o Interpretativa (según el enfoque, explicar

por qué los hechos ocurren del modo en que fueron descritos o interpretar cuáles son los simbolismos

subyacentes), yendo después a una fase Contrastiva (evaluar las teorías elaboradas en la

fase anterior), terminando en una fase Aplicada o Aplicativa (en que se intenta explotar las teorías

ya evaluadas para el control de la realidad). En el Gráfico 2 se visualiza esta idea.

Este otro criterio refuerza también la idea de continuidades y discontinuidades en el tratamiento de

las tendencias en los estudios epistemológicos, en el sentido de que dichas tendencias, así como los

procesos científicos que son explicados por las mismas, se vinculan entre sí sobre la base de determinados

“Programas”.

Para concluir esta sección, conviene declarar que la exposición que sigue se apega a una concepción

“naturalizada” de la Epistemología (en el sentido que se explica más adelante, en 3.1.3). Es decir, se

concibe esta disciplina como una teoría fáctica (meta-teoría) cuyo correlato empírico está en la historia

de la ciencia y de las investigaciones científicas y cuyos resultados meta-teóricos tienden a ser

insumos de una Tecnología de la Ciencia, en una fase Aplicativa que busca más eficientes controles

operativo-instrumentales sobre los procesos científicos. Una de las razones de esta toma de posición

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es que, así entendida, la Epistemología resulta más provechosa para su aplicabilidad al terreno de la

investigación universitaria

2. REFERENCIA ESENCIAL: LA EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX (

1920-1990)

Aunque las actuales tendencias tienen sus antecedentes en épocas mucho más lejanas, se considerará

sólo el período de las décadas centrales del siglo XX como base programática sobre la cual se

emplazan dichas tendencias. En ese lapso hay, a su vez, dos hitos que vale la pena analizar por separado.

2.1. La matriz diacrónica hasta 1970, aproximadamente

Este primer hito marca un ciclo donde se completa el desarrollo paradigmático de los cuatro enfoques

epistemológicos antes referidos, comenzando por el famoso Círculo de Viena, desde 1920,

aproximadamente, hasta la visión hermenéutica y comprensivista de la Escuela de Frankfurt y la

difusión del experiencialismo vivencialista de Schutz (investigación “cualitativa”), alrededor de

1970.

Sobre esta matriz diacrónica se ha escrito mucho y hay abundante literatura, por lo cual este examen

pasará por alto los detalles ya divulgados y se limitará a una idea que no aparece en la documentación

especializada y que parece interesante: este ciclo completa el recorrido desde una concepción

de la ‘ciencia de los objetos

neoconductismo…), pasando a una concepción de la ‘ciencia de los objetos

(racionalismo-realista, Einstein, Popper, Chomsky…), yendo luego a una concepción de la

‘ciencia de los objetos

hasta terminar en una concepción de la ‘ciencia de los objetos

(empirismo-idealista, etnometodología, investigación cualitativa…). La idea es que en este ciclo se

van definiendo los alcances que cada uno de los cuatro enfoques epistemológicos plantea para el

conocimiento científico en relación con su objeto típico y legítimo y también como tarea epistemológica.

Recuérdese que una de las tesis centrales del Círculo de Viena es el empirismo: todo conocimiento

proviene de los datos de los sentidos puestos en contacto con la realidad (“experiencia”). De ella se

deriva otra tesis: que todo conocimiento es inductivo. En consecuencia, lo único que puede ser

científicamente conocido es aquello que se ofrece directamente a la experiencia, aquello que se expone

a la vía de los sentidos, caso por caso. Se define así como objeto típico y legítimo de la ciencia

aquel tipo de realidades que resulta ‘observable’, desplazando todo lo demás a la esfera de la especulación

o de la filosofía. En el área de las ciencias sociales, esta concepción de la ‘ciencia del objeto

observable’ fue muy expresamente divulgada por el neoconductismo, en especial en sus aplicaciones

a la instrucción: recuérdense las listas de verbos de “conducta observable” y las taxonomías

de objetivos de aprendizaje que se imponían como norma para los diseñadores instruccionales durante

la época dorada del conductismo.

Estas tesis del Círculo de Viena y de la llamada “concepción recibida” (empirismo lógico en general)

fueron luego asaltadas por el falsacionismo popperiano y, sobre todo, por una visión deductivista,

teoricista, de la ciencia, que asigna más valor a las estructuras de pensamiento y razonamiento

que a la experiencia. Siendo así, ya entonces el objeto típico y legítimo de la ciencia queda ensanchado.

No se trata sólo de los objetos que aparecen directamente a la experiencia, a los sentidos,

sino también, y sobre todo, aquellos que pueden ser ‘imaginados’, razonados, aquellos cuya natura

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Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

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observables’ (empirismo-realista, Círculo de Viena, neopositivismo,calculables’ o ‘pensablesintuibles’ (racionalismo-idealista, hermenéutica, Teoría Crítica de Frankfurt…),vivibles’ o ‘experienciables___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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leza oculta puede ser manejada mediante estructuras de razonamiento y puede ser expresada mediante

sistemas lógico-formales. Se pasa así de los objetos “transparentes” (abiertos a la experiencia)

a los objetos “opacos” (cerrados a la experiencia, pero abiertos al razonamiento). Los casos de

Einstein, en física, y de Chomsky, en lingüística, en su polémica contra el neoconductismo y el descriptivismo,

fueron históricamente emblemáticos. A continuación, véanse dos citas de estos autores,

ambas muy parecidas, en las que se ilustra bastante bien la noción de ‘ciencia de los objetos

o ‘

calculablespensables’:

Los conceptos físicos son libres creaciones de la mente humana y no están, por más que parezca,

únicamente determinados por el mundo externo. En nuestro empeño por entender la

realidad nos parecemos a alguien que tratara de descubrir el mecanismo invisible de un reloj,

del cual sólo ve el movimiento de las agujas, oye el tic-tac, pero no tiene forma de abrir

la caja para ver lo que hay adentro. Si se trata de una persona ingeniosa, podrá imaginar o

suponer un mecanismo que sea el responsable de todo lo que se observa fuera de la caja,

pero nunca podrá estar seguro de si su suposición o lo que él imagina es lo único que explica

los efectos observados. Jamás podrá comparar lo que él imagina con el mecanismo real

que está dentro de la caja y ni siquiera podrá saber si tal comparación tendrá sentido.

Einstein/Infeld, 1950, p. 34).

(En

Imagine a un físico que se pregunta por lo que ocurre en el interior del sol. Ahora, una forma

sencilla de responder a esto sería instalar un laboratorio dentro del sol y así experimentar.

Pero Ud. no puede hacer eso, porque el laboratorio se convertiría en gas. Por tanto, lo

que Ud. puede hacer es mirar la luz que proviene del sol e imaginarse lo que sucede dentro

del sol que produce ese tipo de luz. Esto es muy parecido a tratar de imaginarse lo que ocurre

en los mecanismos físicos del cerebro.

Es gracias a este ensanchamiento del objeto de la ciencia hacia lo ‘pensable’ o ‘calculable’ como,

por ejemplo, en ciencias sociales se abre el camino a la famosa “revolución cognitiva” y a las teorías

de la mente y del lenguaje, todo lo cual aun hoy día permanecería en el terreno especulativo o

filosófico si no hubiese sido por este cambio paradigmático generado por la irrupción del enfoque

epistemológico racionalista-realista.

Dentro de esta misma concepción teoricista, Popper tuvo el gran mérito de plantear el problema de

cómo crece el conocimiento científico, tras cuya búsqueda tuvo lugar su célebre polémica con

Kuhn, así como las propuestas de Lakatos y Laudan (“programas” y “tradiciones” de investigación,

respectivamente). Sin entrar en los pormenores de este hecho, suficientemente reseñados, cabe resaltar

que, como consecuencia, dentro del racionalismo-realista surge la introducción del elemento

socio-histórico en el análisis de la ciencia. Lo que Reichembach, en los años del empirismo lógico,

había planteado como la diferencia entre “contexto de descubrimiento” y “contexto de justificación”,

más la imposibilidad de que la Epistemología considerara el primero de esos contextos, se

revierte ahora, recibiendo importancia los aspectos culturales e históricos. De hecho, algunos de

estos conceptos (“comunidad científica” e “intervalo histórico”, por ejemplo) pasaron a ser tratados

formalmente dentro de algunos estudios sobre la estructura de las teorías (por ejemplo, Moulines,

1982). Lo importante es que esta introducción de aspectos socio-históricos (sobre todo la “inconmensurabilidad”

de Kuhn, llevada al máximo por Feyerabend) marca una cierta confluencia con

algo que se venía manejando desde años antes en la llamada Escuela de Frankfurt, que representaba

un enfoque epistemológico diferente: la ‘ciencia de los objetos

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Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

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(Chomsky, 1988: 187. Trad. propia).intuibles’ o ‘interpretables’, implíci___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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ta en la tesis de la “Teoría Crítica”, y que llevaba el germen de otro paradigma nuevo para el siglo

XX.

Una de las tesis esenciales de la Escuela de Frankfurt atiende a la dialéctica de las relaciones de

dominación, herencia del marxismo (vertiente racionalista). Otra de sus tesis, desde una vertiente

idealista o subjetivista, recoge las filosofías de Dilthey, Husserl y Heidegger, principalmente la separación

entre ciencias “de la naturaleza” y “del espíritu”, la “comprensión” en lugar de la “explicación”,

la fenomenología, los procesos intuitivos y la hermenéutica como herramienta interpretativa

(que había sido rescatada por Friedrich Schleiermacher, del romanticismo alemán, a su vez rescatado

por Dilthey unos cien años después). El planteamiento de la “Teoría Crítica” surge de la necesidad

de emancipación, la cual pasa por desentrañar el modo en que el ser humano es enajenado y

sometido a través de los múltiples mecanismos socioculturales, incluyendo la ciencia en cuanto

estructura de poder y dominación. Pero este desentrañamiento no puede ser llevado a cabo por las

mismas vías “positivistas” (para Adorno y Habermas, por ejemplo, aun el racionalismo popperiano

y la ciencia einsteniana vienen a ser “positivismo”), es decir, por los estándares de la “explicación”

científica. Es menester la “comprensión” y la “interpretación”, que hagan efectiva la capacidad de

captación fenomenológica, al modo de Husserl, y que pongan al descubierto los simbolismos socioculturales

subyacentes a las relaciones sociales (hermenéutica, círculo hermenéutico, etc.). Esto es

suficiente para entender el desplazamiento hacia una ‘ciencia de los objetos

con lo cual renace en el siglo XX, a través del paradigma de Frankfurt, el mismo enfoque

epistemológico racionalista-intimista de San Agustín, en el siglo IV (en sus Confesiones, escribió:

“¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Si quisiera explicárselo al que me lo pregunta,

no lo sé”). En la práctica, al menos atendiendo a las investigaciones y estudios realizados desde la

óptica de este paradigma de la Escuela de Frankfurt, el enfoque orientado a los ‘objetos

caracteriza por un discurso argumentativo que excluye los trabajos de campo (rasgo racionalista),

pero que también viene marcado por un intensa auto-referencialidad e inclinación reflexiva volcada

hacia el sujeto (rasgo subjetivista, idealista).

Finalmente, como derivación de este paradigma de la escuela de Frankfurt, la década de los ‘60

termina con una variante epistemológica que se desplaza hacia el empirismo (en términos de

intuibles’ o ‘interpretables’,intuibles’ seexperiencialismo

o

subjetivistas, del paradigma de Frankfurt. Los trabajos de Alfred Schutz y de los antropólogos norteamericanos

de comienzos de siglo fueron unas de las más importantes inspiraciones de este paradigma,

en especial en lo que tiene que ver con nociones empíricas y metodológicas tales como “interacción

social”, “mundo de la vida”, “vida cotidiana”, “historias de vida”, “triangulación” y otras

por el estilo. Una de las tesis básicas es la necesidad de vivir aquello que se está investigando, tal

como escribe Seiffert (1977):

vivencialismo), manteniendo los mismos estándares fenomenológicos, reflexivistas,

Los enunciados fenomenológicos descansan siempre en experiencias personales de la vida

por parte del autor en el ámbito al que él se refiere. Por tanto, la instancia para la comprobación

intersubjetiva de enunciados fenomenológicos no es un procedimiento empírico (...),

sino el asentimiento del lector experimentado y competente en una impresión «sí, es así».

Tal lector competente comprueba, pues, hermenéuticamente, la contundencia de lo dicho en

su propia experiencia de vida; él examina el texto bajo el punto de vista de si reproduce o

interpreta adecuadamente esta experiencia.

(P. 241).

La auténtica fortaleza del método fenomenológico está en el «nivel individual» de los que lo

aplican (amplitud de experiencia o de inteligencia o ambas cosas a la vez). Radica en el

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carácter de una «ciencia de la vida» que no puede renunciar a este momento; pues de otro

modo perdería sin necesidad un tesoro de experiencias interpretables de la vida, las cuales

pueden contribuir mucho al esclarecimiento de la vida, aún cuando no sean estandardizables

ni, por tanto, accesibles a cualquier investigador social.

Nace, así, la llamada “investigación cualitativa” en general y, en particular, numerosas corrientes

menores, que van desde la “investigación-acción” y la “observación participante”, pasando por la

“etnometodología” y la “etnografía”, hasta la “investigación militante” y la “investigación comprometida”,

etc. En todo caso, con este cuarto paradigma se visualiza el enfoque empirista-idealista,

el de la ‘ciencia de los objetos

Como balance general, se tiene ya desde los ’70 un panorama de coexistencia de esos cuatro paradigmas

asociados a sus respectivos enfoques epistemológicos. En principio, los dos primeros, el

empirismo-realista y el racionalismo-realista (objetos

anclados a las ciencias materiales y a algunas ciencias sociales (lingüística, ciencias cognitivas, inteligencia

artificial, economía). Pero gran parte de la psicología, la sociología y la antropología ha

sido abordada por los enfoques subjetivistas-reflexivistas. En la siguiente sub-sección se verán algunas

prolongaciones que llegan hasta 1990, aproximadamente, y que, en general, consolidan este

ciclo de desarrollo de esos cuatro enfoques.

(P. 243-244).vivibles’, ‘sentibles’ o ‘experienciables’.observables y objetos calculables) quedan

2.2. Prolongaciones para 1970-1990, aproximadamente

Después de este ciclo que se termina de describir, hay una especie de prolongaciones o de profundizaciones

temáticas en torno, aproximadamente, a los mismos problemas de fondo ya instaurados en

ese ciclo. Esencialmente, estas prolongaciones se revelan en las tendencias que se reseñan a continuación.

2.2.1. La Visión programática y transindividual de la Ciencia

Esta prolongación, ubicada dentro del enfoque racionalista-realista (paradigma falsacionista), sigue

inmediatamente al problema popperiano de cómo crece el conocimiento científico, ante lo cual chocaron

las soluciones del mismo Popper (el conocimiento crece por razones lógicas internas, por

suplantación de teorías previas que resultan falsas, o “falsadas”, por teorías nuevas que a su vez

están por falsar…, y así sucesivamente) y la de de Kuhn (el conocimiento crece por razones sociohistóricas

externas, a través de las ya mencionadas “revoluciones científicas”). En los albores de los

’70, Imre Lakatos intenta conciliar ambas soluciones mediante la noción de “Programas de Investigación”,

según la cual una teoría es en realidad un conjunto de teorías menores ligeramente diferentes

entre sí que coinciden en un mismo “núcleo duro”, o sea, al menos en una misma idea esencial,

que es justamente aquello que la comunidad académica responsable se empeña en defender ante los

ataques de la falsación, mediante hipótesis auxiliares, correctivas, que él llama “cinturón protector”.

Mientras Popper consideró este recurso como justificaciones convenientes (‘hipótesis ad hoc’), Lakatos

sostiene que no es necesariamente inválido, ya que la capacidad para proteger un “núcleo duro”,

o para trabajar sobre el “cinturón protector”, dice mucho acerca de la potencialidad del “programa”

para poder crecer o, al contrario, para degenerar, cosa que resulta mucho más interesante a

la hora de evaluar una teoría. El asunto está en si esto conduce a explicar nuevos hechos o si, en

cambio, la teoría queda estancada ante nuevos hechos, por más que se abulte el cinturón protector

(más tarde Quine, 1951, propondría una idea algo parecida: el “holismo metodológico”, según el

cual las teorías se falsean como un todo y no aisladamente, atendiendo a algunas de sus derivaciones

particulares). Para ello, los programas de investigación siguen reglas metodológicas de dos ti

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pos: unas que indican por cuáles vías hay que seguir trabajando (“heurística positiva”) y otras que

indican cuáles vías hay que evitar (“heurística negativa”). La gran conclusión de todo esto es que

las teorías no son aisladas ni responden a un solo autor ni se ubican en un solo momento histórico ni

pueden ser evaluadas en términos de sus componentes, evaluados aisladamente. En realidad, unas

teorías generan otras, de modo que el crecimiento del conocimiento científico es cuestión de sucesiones,

de conexiones y de nexos de familia entre las investigaciones individuales, incluso en largos

plazos generacionales. La investigación científica viene a ser, entonces, un asunto programático y

transindividual.

En ese mismo sentido, bajo la cobertura de esa misma conclusión, está también el aporte de Larry

Laudan, quien propone la noción de “tradiciones de investigación”, en los mismos términos de continuidad

temporal, bajo los parámetros de eficiencia de las distintas propuestas teóricas frente a los

retos que van planteando los problemas de cada época en determinados contextos.

Lo más importante de esta prolongación está en la idea de que las investigaciones no son entre sí

aisladas, sino que ofrecen nexos de ‘consaguinidad’, al punto de que ninguna investigación vale la

pena si se la considera en sí misma, sino en relación con las conexiones que mantiene con respecto

a toda una red.

En síntesis, todo esto remite a la noción de “estructura diacrónica” de los procesos de investigación:

toda investigación puede ser analizada en sí misma, como hecho individual adscrito a una instantánea

temporal, atendiendo a su composición interna y a las relaciones entres sus elementos estructurales.

Pero esto sólo adquiere significado si se considera su ubicación dentro de una familia de investigaciones,

el modo en que funciona como punto de continuidad, su aporte al progreso del programa

de investigación, más el tipo de nexo que mantiene con otros trabajos individuales. En un

plano empírico y aplicativo, todo esto sustenta la noción de “líneas” (grupos, equipos, centros) de

investigación, es decir, conecta la Epistemología con la esfera cotidiana de la organización y gestión

de la producción-difusión de conocimientos (Padrón, 2002).

2.2.2. El Programa de la “Sociología del Conocimiento”

Las referencias a una “sociología del conocimiento” en general datan desde comienzos del siglo XX

(incluso antes del Círculo de Viena: Karl Marx, Max Scheler y Karl Mannheim, por ejemplo), luego

reaparecen a mediados de siglo dentro de la tendencia del Funcionalismo conducida por Merton y

Parsons, entre otros, y asociadas al concepto de “vida cotidiana”, y tienen su auge con los trabajos

de Kuhn y Feyerabend. Pero hay una referencia particular, comúnmente llamada “el Programa de la

Sociología del Conocimiento”, que adquirió un significado especial dentro de las últimas tendencias

del siglo XX y comienzos del XXI y que es la que interesa aquí (para una reseña amplia, ver Meja y

Stehr, 1999, cuyos dos volúmenes explican cada una de estas dos referencias, respectivamente).

Este programa completo insiste en la influencia que tienen los factores socio-culturales y psicológicos

en el desarrollo de la ciencia, más allá de los factores racionales o lógico-metodológicos (insisten

en una visión “externalista” por encima de una visión “internalista”: en el predominio del “contexto

de descubrimiento” sobre el de “justificación”). La difusión de este “programa” ha tenido tanta

resonancia que a partir de 1970 se publican numerosos textos al respecto, se imponen los cursos y

seminarios en los programas de postgrado de casi todo el mundo y nacen varias publicaciones periódicas

dedicadas, entre las cuales está la revista

Social Studies of Science (desde 1970) y el anuario

Sociology of Science Yearbook

exponentes, distingue entre un programa “débil” y otro “fuerte”. El “programa débil de la sociolo

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(desde 1977). David Bloor (Bloor, 1976), uno de sus mayores___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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gía del conocimiento”, según este autor, es más un acercamiento general y difuso antes que un movimiento

sistemático y se diferencia por su tesis de que las creencias erróneas se explican a partir de

factores socio-históricos (incluye a Lakatos y a Kuhn dentro de este programa, cosa que resulta muy

discutible, a menos que ello se entienda como antecedente histórico inmediato), mientras que el

“programa fuerte” es todo un movimiento organizado que considera los factores socio-históricos

como responsables de todas las creencias, tanto las erróneas como las acertadas. Este “programa

fuerte” tuvo a su vez dos ramificaciones importantes, nacidas en dos centros universitarios: una en

la

el mismo Bloor, Barry Barnes, Steve Shapin, Donald MacKenzie y John Henry, principalmente,

y otra en la Escuela de Bath, de la universidad del mismo nombre, en Inglaterra, donde se gesta el

conocido EPOR (

Collins y Trevor Pinch, el cual encabeza, a su vez, dentro de la metodología del EPOR, el programa

SCOST (

tesis centrales del EPOR, según Bloor (1976), son “los principios de causalidad, imparcialidad, simetría

y reflexividad” (

Un trabajo paralelo a este “programa fuerte” es el de la llamada “escuela francesa”, liderado por

Michel Callon, Bruno Latour y John Law con su “teoría de la Red de Actores”, y, más en general, el

de la “Etnometodología”, conducido por Harold Garfinkel, Steve Woolgar, Aaron Cicourel, Karin

Knorr-Cetina y el mismo Bruno Latour (para una reseña general, véanse Collins y Yearley, 1992, y

Linch, Livingstone y Garfinkel, 1983). La crítica de este trabajo a todo el “programa fuerte”, en

general, implica una radicalización de sus tesis del relativismo epistemológico hacia un relativismo

ontológico (especialmente Woolgar, 1988).

Todo este programa de la sociología del conocimiento, que surge en el seno del enfoque idealista o

subjetivista (tanto empirista como racionalista), ha sido duramente criticado, entre muchos otros,

por Mario Bunge (Bunge, 1998, el cual hace, además, una buena reseña de ese programa):

Unidad de Estudios de la Ciencia de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, a la que pertenecenEmpirical Programme of Relativism), cuyos mayores representantes son HarrySocial Construction of Science and Technology; véase Pinch y Bijker, 1984). Las cuatroIbidem, p. 7).

Si bien los estilos respectivos presentan múltiples diferencias, no dejan por ello de adherirse

todos a una cantidad de dogmas compartidos. Se trata del externalismo, tesis en cuyos

términos el contenido conceptual es determinado por el marco de referencia social; el constructivismo

o subjetivismo, según el cual el sujeto investigador construye no sólo su propia

versión de los hechos sino también los hechos mismos y eventualmente el mundo entero; el

relativismo, para el que no existen verdades objetivas y universales; el pragmatismo, que

destaca la acción y la interacción a expensas de las ideas, e identifica a la ciencia con la

tecnología; el ordinarismo, que reduce la investigación científica a pura transpiración sin

inspiración, negándose a reconocer a la ciencia un rango especial y a distinguirla de la

ideología, de la seudociencia y hasta de la anticiencia; la adopción de doctrinas psicológicas

obsoletas, como el conductismo y el psicoanálisis, y la sustitución del positivismo, el racionalismo

y otras filosofías clásicas por multitud de filosofías ajenas a la ciencia a incluso

anticientíficas (…). Los sociólogos de la ciencia de nuevo cuño son incapaces de entender la

ciencia: en efecto, no explican nunca qué es lo que distingue al hombre de ciencia de los

demás mortales; cuáles son, en su caso, las suposiciones filosóficas tácitas y las normas metodológicas;

qué diferencia a la investigación científica de otras actividades humanas; cuál

es su lugar en la sociedad, y por qué la ciencia ha tenido tanto éxito en la comprensión de

la realidad y como propulsora de la tecnología. Y lo que es aun peor, niegan que los hom

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bres de ciencia posean un ethos propio y que desarrollen una actividad cultural específica.

(pp. 15-17).

2.2.3. La Naturalización de la Epistemología y la Epistemología Evolutiva

En este período surgen dos prolongaciones importantes en el seno de los dos enfoques realistas

(empirista y racionalista): el de la “Epistemología Naturalizada” y, para algunos insertado allí mismo,

el de la “Epistemología Evolutiva”.

El programa de la naturalización de la Epistemología es planteado muy especial y definidamente

por Willard Van Orman Quine (Quine, 1969) sobre la base de su tesis empirista según la cual no

hay conocimiento previo a la experiencia (todo conocimiento proviene en última instancia del

mundo externo) y sobre la base de su crítica a la epistemología tradicional como proveedora de argumentos

para la justificación del conocimiento. Otros trabajos más amplios al respecto, pueden

verse en Goldman, 2002, y en Kornblith, 1994, donde también aparece un artículo de Quine (pp.

57-75):

La Epistemología continúa, pero en una nueva configuración y en un estado definido. La

Epistemología, o algo como ella, pasa simplemente a tomar su puesto como un capítulo de

la Psicología y, por tanto, de las ciencias naturales. Estudia un fenómeno natural, es decir,

un asunto físico humano. Este asunto humano se entiende como una cierta entrada (input)

experimentalmente controlada –ciertos patrones de irradiación en frecuencias variadas, por

ejemplo- y al cabo del tiempo el objeto estudiado entrega, a la salida (output), una descripción

del mundo externo tridimensional y de su historia.

(Quine, 1969, pp. 82–83, trad. propia).

En general, la epistemología naturalizada propone los mismos tratamientos de las ciencias fácticas a

la explicación de los procesos científicos, pasando a ser un conjunto de teorías cuyo correlato empírico

estaría en la historia de la ciencia y susceptibles de generar sus respectivas tecnologías, igual

que cualquier otra ciencia fáctica. Esto contrasta con las visiones tradicionales que conciben la epistemología

como algo independiente de los aspectos científicos relativos a los procesos cerebromente

y como análisis filosófico apriorístico. A partir de esa noción general, hay distintas versiones

de esta epistemología naturalista, las cuales difieren en el modo en que visualizan las relaciones con

respecto a la ciencia fáctica, en la medida en que se fundamentan en dicha ciencia para explicar los

procesos científicos y en el tipo de ciencias que consideran relevantes para el tratamiento de los

problemas epistemológicos.

Por su parte, la epistemología evolutiva comienza a definirse con alguna claridad a partir de la noción

de “ensayo y error” de Popper (1963): el crecimiento del conocimiento científico es comparable

con la sucesión de adaptaciones en la evolución, según lo cual una epistemología evolutiva debería

encargarse de explicar este tipo de crecimiento. Otros representantes de las primeras versiones

de la epistemología evolutiva tradicional (ver Gontier, 2006) son Konrad Lorenz (el conocimiento

innato es ontogenéticamente a priori y filogenéticamente a posteriori), Jean Piaget (epistemología

genética), Donald Campbell (a quien se le atribuye la expresión “epistemología evolutiva”), Stephen

Toulmin (sobreviven las teorías más aptas y mueren las menos aptas) y Peter Munz (darwinismo

filosófico).

La tesis general de la epistemología evolucionista es que la evolución biológica condiciona cualquier

comportamiento cultural, social y cognitivo, de donde se sigue que los procesos cognitivos,

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incluyendo los que explican el conocimiento científico, tal como la misma epistemología, dependen

de la evolución biológica. De allí en adelante, hay varias versiones de esta epistemología evolutiva,

cuyas diferencias están en los límites que se conciben entre lo cognitivo y lo no cognitivo, en qué

aspectos cognitivos pueden estudiarse mediante esta epistemología y en qué aspectos de la teoría

evolutiva pueden aplicarse al estudio de los hechos científicos (para una reseña general, en español,

véase Ursua, 1993).

2.2.4. Otras prolongaciones

Dentro de los enfoques realistas, además de las ya reseñadas, surgen en este lapso dos importantes

nuevas tendencias, como continuaciones de los planteamientos elaborados en el lapso inmediatamente

anterior: una que podría llamarse la visión Axiológica de las teorías y otra que podría llamarse

la visión Pragmatista. Y, dentro de los enfoques idealistas-subjetivistas, además de las ya mencionadas,

se plantean los primeros avances en la llamada “visión de Género” (

luego, en los últimos 16 años, se consolidará en la llamada “epistemología feminista”. Vale la pena

también mencionar, específicamente dentro del enfoque empirista-realista, como prolongación del

neopositivismo, la llamada “concepción estructural de las teorías”. A continuación se describen

brevemente estas tendencias.

La visión axiológica es planteada por Larry Laudan, el mismo de las “tradiciones de investigación”,

pero en términos de valores epistémicos, cognitivos o intelectuales, entendiendo no “las normas

éticas ni las normas de conducta, sino las reglas y normas metodológicas” (

como verdad, coherencia, simplicidad y fecundidad predictiva. En tal sentido, esta visión axiológica

de Laudan aparece en cierto modo vinculada a la llamada “epistemología de la virtud”, la cual discute

ciertos ideales cognitivos, tales como concentración, apertura, tenacidad, coraje, visión, introspección,

memoria, etc. Pero, más allá de esta concepción, se desarrolla luego una visión axiológica

referida a la ética, que sí incluye valores en general (políticos, económicos, culturales, etc.), no sólo

epistémicos, la cual, para el enfoque racionalista-realista, tiene su origen inmediato en las tesis sociopolíticas

planteadas por Popper, especialmente en “La Sociedad Abierta y sus Enemigos”. Muchos

años antes, Bertrand Russell había escrito que “El impulso hacia la construcción científica

resulta admirable cuando no inhibe ninguno de los demás impulsos principales que le dan valor a la

vida humana, pero cuando se le permite prohibir toda salida a cualquier cosa que no sea él mismo,

entonces se convierte en una forma de tiranía cruel” (Russell, 1931: p. 596, trad. propia). Es lo

opuesto a lo dicho por Bunge (1998) en su dedicatoria: “A la memoria de Guido Beck, mi profesor

de física, quien me enseñó que mis opiniones políticas no debían interferir con mis estudios científicos”.

La idea esencial es que el objetivo terminal de la Ciencia es el control y la intervención sobre

el mundo, en pos de la felicidad de las sociedades. De allí surge la necesidad de dar respuestas a

preguntas tales como ¿cuáles son los criterios para definir la felicidad de las sociedades? ¿A favor

de qué parámetros controlamos e intervenimos sobre el mundo? ¿Es lo mismo un control de tipo

neo-liberal, individualista, que un control de tipo socialista, colectivista (Padrón, 2004)? Es obvio

que no se puede hacer ciencia sin tener en mente esos criterios, sin pensar en las proyecciones socio-

políticas de los resultados de la producción científica. Sería absurdo pensar que los científicos

sólo hacen ciencia, dejando que los políticos decidan qué hacer con el trabajo de ellos, con sus teorías

y con las tecnologías derivadas. Esta misma visión axiológica racionalista-realista ya había sido

trabajada desde mucho tiempo antes por el enfoque racionalista-idealista (en especial la “Teoría

Crítica” de Frankfurt, con antecedentes en Marx, y por el “programa de la sociología del conocimiento”,

arriba reseñado).

women studies), queIbidem, p. XI), tales

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Íntimamente relacionada con esta tendencia, aparece también la visión pragmatista de la Ciencia,

especialmente planteada por Ian Hacking (Hacking, 1983), quien, modificando la célebre sentencia

de Hanson, sostiene que toda observación está cargada de práctica, de aplicaciones. Las intervenciones

son previas a la observación y a la explicación. En realidad, esta visión pragmatista (ciencia

como transformación) coincide plenamente con las recientes políticas de los países industrializados,

que prefieren la investigación aplicada sobre la investigación básica, desplazando la mayor parte de

los fondos hacia la primera.

Otro rasgo importante para este período es la explosión de los llamados “estudios de la mujer”

(

y centros académicos y que, en lo referente a la ciencia, sentarían las bases para una “epistemología

feminista” (véase Alcoff, 1989, para detalles). La clave está en la noción de que el conocimiento

científico varía en dependencia de los prejuicios que favorecen al hombre, como superior a

la mujer. Esta tendencia nace dentro de los enfoques idealistas-subjetivistas.

Finalmente, en este mismo lapso, están los intentos de axiomatización o formalización de las teorías

científicas, dentro del enfoque empirista-realista, como continuación del empirismo lógico de comienzos

de siglo. Patrick Suppes, a la cabeza de la escuela de Stanford, promovió gran parte de

estos intentos, seguidos luego por la axiomatización conjuntista o informal del programa estructuralista

de Joseph D. Sneed, en el cual Moulines (1982, 1991) estudia la inserción de los elementos

pragmáticos arriba mencionados (“comunidad científica” e “intervalo histórico”).

Con todo el ciclo descrito en 2.1 y las prolongaciones mencionadas en 2.2, se abre el paso a las tendencias

epistemológicas en los últimos 16 años. Como se verá, estas tendencias recientes surgen

bajo esta referencia del siglo XX.

women’s studies), que en general empezaron a invadir prácticamente toda la vida de las universidades

3. LA EPISTEMOLOGÍA EN LOS ÚLTIMOS 16 AÑOS (1990-2006)

Sobre la base de lo dicho hasta aquí, se tiene ahora un enlace para comprender las tendencias recientes

de la epistemología, examinando el nivel de desarrollo alcanzado y las potencialidades paradigmáticas

o los gérmenes de nuevos planteamientos dentro de cada uno de los enfoques epistemológicos

hasta 1990, aproximadamente. La exposición que sigue quedará organizada en dos puntos:

el primero organiza esas tendencias recientes en términos de las “nuevas epistemologías” que

se consolidan desde esa década hasta el presente. El segundo analiza las áreas problemáticas más

destacadas. Sobra decir que los límites entre todos estos puntos no son discretos ni que los aspectos

de cada punto no coincidan o se solapen con los de otros puntos.

3.1. Las “Nuevas Epistemologías”

La expresión “nuevas epistemologías” no es en absoluto una expresión técnica, sino divulgativa, tal

vez un tanto retórica, probablemente nacida más de los deseos de impactar acerca de novedades

paradigmáticas supuestamente revolucionarias que de la necesidad de análisis críticos (algo similar

a expresiones como “nuevo paradigma”, “paradigma emergente”, etc.; ver Padrón, 2000). Pero su

uso es sumamente extendido (al consultar dicha expresión por uno de los buscadores de Internet, el

resultado arrojó más de 900 citas en inglés, español, italiano y francés), al punto de que parece conveniente

usarla en esta exposición, pero sólo para significar tendencias bastante cerradas y definidas

en torno a una denominación particular suficientemente conocida.

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Padrón, José (2007):

Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

de Cajamarca. Cajamarca, Perú.

Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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3.1.1. Las epistemologías subjetivistas (racionalismo y empirismo idealistas)

Desde los ’90, aproximadamente, hasta hoy en día, dentro de los enfoques racionalista-idealista y

empirista-idealista se han perfilado algunas

ciertos rasgos temático-problemáticos presentes desde las épocas anteriores, ya reseñadas arriba.

Esencialmente, se trata de los siguientes rasgos: el externalismo o la influencia de factores sociocontextuales

en los procesos científicos, la inclusión del sujeto y de los actores en los procesos de

búsqueda y la interacción sujeto-objeto. Esto dio origen a las nuevas epistemologías que se mencionan

a continuación.

-

(Popper, 1982, había dicho: “el 99.9% del conocimiento de un organismo es heredado o innato y

sólo una décima parte consiste en modificaciones de dicho conocimiento innato”, p. 74), al mismo

tiempo que intenta resolver algunos problemas centrales planteados desde el escepticismo gnoseológico

(lo que para unos puede ser verdadero, para otros puede ser falso). Es por eso por lo que la

nuevas epistemologías que constituyen el desarrollo deLa Epistemología Contextualista: es una contraposición importante al internalismo y al innatismo

epistemología contextualista

el externalismo. Sostiene, en general, que los procesos científicos varían según el contexto y se esfuerza

en explicar la ciencia, la tecnología y la investigación en dependencia de factores contextuales

tales como las intenciones y presuposiciones del grupo académico dentro del que ellas tienen

lugar, los estándares socioculturales locales, las creencias y relaciones interpersonales, etc. Las posiciones

más radicales, ubicadas en el contextualismo ingenuo, al modo del relativismo de Knorr-

Cetina, Woolgar y Latour, sostienen que es sólo el contexto cultural el que condiciona las variaciones

en los procesos científicos y que ante ello no vale nada la lógica interna de dichos procesos.

Como puede deducirse, algunos gérmenes de esta epistemología se encuentran en el racionalismorealista

de Kuhn y Lakatos y en el empirismo-realista de la visión estructural de las teorías de Moulines,

los cuales comparten que el elemento socio-histórico (pragmático) juega algún papel modificador.

Pero es básicamente en el enfoque racionalista-idealista (teoría crítica de Frankfurt, círculo

hermenéutico) donde están los gérmenes más fuertes. En el enfoque empirista-idealista, por su parte,

esta epistemología contextualista se ha vinculado a los trabajos de campo que exploran el contexto

y se ha asociado a las nociones de “comunidad epistémica” o “ciencia comunitaria” (

science

la investigación epistemológica debe restringirse a estudiar sólo las ciencias contextuales, o sea,

aquellos núcleos de producción científica que se justifican en sus relaciones con el contexto (véase,

por ejemplo, Luke, 2005, quien propone distintos métodos de investigación contextualista). Dentro

de esta epistemología aparece el llamado

conocimiento es contextual o “situado” (localizado o focalizado, es decir, ligado a una comunidad

de “conocedores”) y que todo conocimiento se funda en las experiencias de sentido común de los

agentes. De allí infieren que todo conocimiento es defectuoso. El modo, entonces, de superar esa

limitación consiste en adoptar muchas y diferentes

una mayor aproximación a la “verdadera” realidad (el

idealismo experiencialista en que admite la existencia de una realidad “verdadera”, externa, pero

insiste en que la verdad es pura “ilusión”; véase Tebes, 2005).

-

sistematizado, a pesar de la impresionante difusión de trabajos y la asombrosa cantidad de centros

académicos dedicados. Tal vez esto se deba a que los “estudios de la mujer” (

han planteado desde una óptica sumamente general, muy abarcante (feminismo, tendencias o co

Padrón, José (2007):

Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

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viene frecuentemente manejada en relación con el escepticismo y concommunity), en el sentido de que, si el conocimiento científico está limitado a un contexto, entoncesperspectivismo, tendencia que parte de suponer que todoperspectivas teóricas y metodológicas que permitanperspectivismo parece diferenciarse delLa Epistemología Feminista: aun hoy en día esta epistemología luce como un movimiento pocowomen’s studies) se___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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rrientes feministas) que aborda prácticamente todas las áreas de la vida humana y no tan siquiera,

específicamente, la filosofía ni mucho menos la teoría de la ciencia. Es ampliamente conocida, sin

embargo, la expresión

feminista, que resulta más abundante), como en el otro sentido de meta-teoría, adoptado en

este trabajo. Un ejemplo que podría ilustrar episódicamente las motivaciones de esta epistemología

puede leerse en un artículo de la prensa norteamericana (Billingsley, 1966), en la cual se reseña un

debate a raíz de la inclusión de científicas, feministas radicales, en la lista de lecturas del programa

educativo “Proyecto Plutón”, del Laboratorio de Propulsión de Jet (

la NASA. Una de ellas, Sandra Harding, profesora universitaria en California, en uno de sus trabajos

considera los

Epistemología Feminista, tanto en el sentido anglosajón (en cuanto “gnoseología”Jet Propulsion Laboratory) dePrincipia Matemática de Newton como “un manual de violación”, señalando que

Las nuevas ciencias del siglo XVII incorporaron tendencias poderosamente burguesas, incluyendo

la violación patriarcal, en que el hombre, como científico, fuerza a la naturaleza a

sus propios deseos (…).Tendríamos que reinventar tanto la ciencia como el modo de teorizar

acerca de ella para dar sentido a la experiencia social de la mujer”

En la misma lista del

Nancy Tuana (

Mary Field Belenky y co-autoras (

en el

de la naturaleza humana que incluya capacidades físicas antes limitadas a un solo sexo:

(ibid., trad. propia).Proyecto Plutón, según el citado artículo de prensa, se incluyen los trabajos deFeminismo y Ciencia), de Sue Rosser (Ciencia amigablemente femenina) y el deFormas de Conocimiento Femenino). Otra de las autoras incluidasProyecto Plutón, Alison Jaggar, de la Universidad de Colorado, propone una transformación

Tal transformación podía incluir capacidades de inseminación, gestación y lactancia, de

modo que, por ejemplo, una mujer pudiera inseminar a otra, que hombres y mujeres no parturientas

pudieran amamantar y que en los cuerpos de mujeres y aun de hombres pudieran

transplantarse óvulos fertilizados

Entre las reacciones de algunos científicos está la de Robert Park, de la Sociedad Americana de

Física en Washington: “Todo esto me parece espeluznante. Me refiero al argumento de estas mujeres,

según el cual la ciencia es del todo culturalmente basada y no existe la verdad objetiva. Es algo

espeluznante para un laboratorio dedicado a la ciencia” (ib., trad. propia). Y Paul Gross, jefe del

Centro para Estudios Avanzados de la Universidad de Virginia: "Ninguna de las mujeres de esa

lista sabe absolutamente nada de ciencia”.

La tesis general de la

masculinamente sesgadas, así que las mismas deberían reencuadrarse menos masculinamente. La

ciencia es hasta ahora sensible al género, por lo cual, abandonando ese sesgo masculino, se promoverían

avances más rápidos y amigables. Esta tesis, como es de suponer, es manejada desde ángulos

que varían por su radicalismo, desde los más fuertes hasta los más moderados. En otras interpretaciones,

esta tesis se focaliza en distintas perspectivas: las críticas al sexismo contra la mujer; el machismo

como rasgo de la modernidad y el feminismo de la posmodernidad; el feminismo como variante

del contextualismo; las metodologías femeninas en la ciencia; el razonamiento científico femenino,

etc.

Entre los aportes dentro de la

Sandra Harding, antes mencionada, en el que, además de otros documentos de reseña, incluye su

propia versión de la epistemología feminista, basándose en un “materialismo histórico feminista”

(Harding, 2004). Por supuesto, sobran los enemigos de la

(ib., Trad. propia).epistemología feminista parte de la crítica de que las teorías de la ciencia estánepistemología feminista puede citarse uno de los trabajos de la mismaepistemología feminista, incluyendo mujeres.

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Padrón, José (2007):

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-

la década de los ’70, es desde los albores de los ’90 cuando llega a convertirse en movimiento sistemático,

organizado, especialmente a raíz de la fundación de la revista

cual tiene su propia Web en

sus vertientes la

general, postulando que los procesos científicos se ven estrictamente afectados por las relaciones

sociales y por los hechos culturales. Pero otra de sus vertientes responde mucho más a los planteamientos

del programa fuerte, relativista, de la

antes reseñado). Como fundadores, dentro de la primera vertiente, suele citarse a dos autores importantes:

uno es Steve Fuller (Fuller, 2002) y otro es Alvin Goldman (Goldman, 1999).

El primero responde a la pregunta de cómo debería organizarse la producción de conocimientos y

concibe la

toda epistemología, sobre la base de que todo conocimiento es intrínsecamente social. Su visión del

conocimiento científico en realidad se orienta a las aplicaciones políticas, gubernamentales, organizacionales

y gerenciales, desde puntos de vista sumamente técnicos y analíticos. En el primer capítulo

de su obra fundadora dice lo siguiente:

La Epistemología social: aunque algunos de sus gérmenes, e incluso la expresión, se remontan aSocial Epistemology (lahttp://www.tandf.co.uk/journals/routledge/02691728.html). En una deepistemología social prolonga y desarrolla las tesis socio-historicistas de Kuhn, ensociología del conocimiento (en la versión del EPOR,epistemología social dentro de una visión filosófica empirista, como la principal meta de

La pregunta fundamental del campo de estudio que llamo epistemología social es: ¿cómo

debería organizarse la búsqueda del conocimiento, dado que en circunstancias normales el

conocimiento es buscado por seres humanos, cada uno de los cuales trabaja en un área de

conocimiento más o menos bien definida y está dotado de aproximadamente las mismas capacidades

cognitivas imperfectas, aunque con diferentes grados de acceso a las actividades

de uno con respecto a las de los otros? Sin saber nada más sobre la naturaleza de la epistemología

social, se puede decir que la misma tiene un interés normativo, que es el de llegar

a algún tipo de óptima división del trabajo cognitivo. En otras palabras, en palabras que

sólo un marxista o un positivista podrían realmente apreciar, al epistemólogo social le gustaría

poder mostrar cómo los productos de nuestras búsquedas cognitivas son afectadas al

cambiar las relaciones sociales según las cuales los productores de conocimiento se vinculan

entre sí. Como resultado, el epistemólogo social habría de ser el hacedor ideal de políticas

epistémicas.

Alvin Goldman, por su parte, parece conectarse más bien con la

de Popper (1982), en cuanto que recoge la idea de que nadie produce conocimiento en solitario, no

existen los “conocedores solitarios” (

y la Educación, en cuanto transmisoras de conocimiento, además del fenómeno lingüístico de las

preguntas, en que un interlocutor recibe información de otros, y además de las entidades del tercer

mundo popperiano (el arte, la religión, la misma ciencia, etc.) revelan que el conocimiento es compartido,

o sea, tiene bases, fuentes y justificaciones de tipo social, interpersonal. Además, en esta

concepción de Goldman está implícita la noción de “transindividualidad” del conocimiento y de

“programas de investigación” de Lakatos. En esa misma concepción puede re-interpretarse la divulgada

frase de Newton (luego parafraseada por Einstein), según la cual el mérito individual de su

trabajo consistió en “haberse montado sobre hombros de gigantes”. Puede decirse que la

social

(Fuller, 2002, p. 3. Trad. propia)intersubjetividad y con el mundo 3solitary knowers, en Goldman, 1999) y cosas como la Escuelaepistemologíade Goldman es consistente con el enfoque racionalista-realista:

Aunque el fenómeno de las preguntas es interpersonal, la búsqueda de la verdad no es universalmente

o necesariamente social. Para comprobar la probabilidad de que llueva, uno

puede personalmente mirar al cielo en vez de consultar los pronósticos del clima. Una

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enorme porción de nuestras búsquedas, sin embargo, es directa o indirectamente de carácter

social. Es directamente social cuando uno verbalmente pide información a otros o cuando

consulta textos escritos. Es indirectamente social cuando la propia actividad cotidiana,

aunque autónoma, explota las habilidades intelectuales que otros adquirieron a través de la

educación formal o informal. Las dimensiones sociales del conocimiento resultan dramáticas

en la sociedad moderna, que abunda en empresas proveedoras de información, desde

periódicos y bibliotecas hasta la Internet. Las sociedades complejas delegan las misiones de

recolección y difusión del conocimiento en muchas agencias especializadas. Los sistemas de

justicia se instituyen para determinar quién perpetra crímenes o agravios; los censos se

orientan a obtener estadísticas poblacionales y las escuelas se establecen para transmitir

conocimiento. Estas actividades y empresas conforman el punto de partida de la epistemología

social, tal como aquí es concebida. La epistemología tradicional, especialmente en la

tradición cartesiana, fue altamente individualista, centrándose en las operaciones mentales

de los agentes cognitivos, con independencia o abstracción de otras personas. Este es,

aproximadamente, el punto de vista tradicional que yo he llamado ‘epistemología individualista’

(…). Dada la naturaleza profundamente colaborativa e interactiva del conocimiento,

especialmente en el mundo moderno, la epistemología individualista requiere una contraparte

social: la ‘epistemología social’.

Con lo dicho hasta aquí, parece claro que las fundaciones de la

en modo alguno a los enfoques idealistas-subjetivistas, como se pauta en el encabezado de este

aparte. La propuesta de Fuller es empirista-realista (en el marco del paradigma empirista lógico del

siglo XX), mientras que la propuesta de Goldman es racionalista-realista (en el marco del paradigma

falsacionista del siglo XX). Según esto, esta epistemología no debía haber sido reseñada en esta

sub-sección. Pero, como se dijo antes, aparte de estos fundadores, la

punto emblemático y generalizado para los paradigmas adscritos a los enfoques idealistassubjetivistas,

como se verá enseguida. Incluso, su tratamiento resulta actualmente mucho más explotado

por el “constructivismo social”, subjetivista y relativista, que por los enfoques realistas de

Fuller y Goldman (sin negar que estos siguen hoy en día su propio curso paralelo; un ejemplo es la

revista “Episteme. A Journal of Social Epistemology”, nacida en el 2004 y que acaba de ofrecer su

edición del 2006, disponible en

que la

en su respectiva sección, pero que se exponen en esta otra por razones de economía expositiva,

atendiendo al hecho de que sus versiones subjetivistas-relativistas han sido más emblemáticas,

históricamente hablando.

La versión relativista de la

entre lo cognitivo o lo lógico-metodológico interno de la ciencia y lo social, externo. Mientras en

las versiones anteriores se postulaba una interacción entre ambas a la hora de dar cuenta de los procesos

científicos, aquí se propugna la idea de que la primera de ellas es producto de la segunda, con

lo cual no existen sino relaciones socio-culturales que generan los mismos procesos cognitivos y la

lógica interna del conocimiento científico. Un externalismo total y un marcado relativismo caracterizan

esta otra tendencia de la

del relativismo

francesa

esferas del posmodernismo, constructivismo, reflexivismo, etc. (ver Ashmore, 2004, quien además

hace toda una crítica a la versión de Steve Fuller). Más que proveer una explicación lógico

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(Goldman, 1999, pp. 3-4. Trad. Propia)epistemología social no pertenecenepistemología social fue unhttp://www.episteme.eu.com/). Por esa razón, el lector entenderáepistemología social tiene sus versiones realistas, hasta aquí presentadas, que podrían reseñarseepistemología social se revela en la negación práctica de la diferenciaepistemología social. Aquí intervienen tanto los del programa empírico(el EPOR: Barnes, Bloor, Pinch, Collins, etc.; ver arriba) como los de la escuela(Woolgar, Cicourell, etc.; ver arriba). Intervienen también otras corrientes recientes en las___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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metodológica de la ciencia, o al menos una explicación que considere las interrelaciones entre lo

lógico y lo social, lo que se plantea es la interpretación hermenéutica del funcionamiento de las comunidades

productoras de conocimiento, a la luz de condiciones estrictamente socio-culturales o

socio-simbólicas.

Hasta ahora, dado el auge que tienen en nuestras universidades latinoamericanas las visiones adscritas

a este último enfoque epistemológico (investigación, cualitativa, posmodernismo, constructivismo…),

esta versión subjetivista-relativista de la

y divulgada.

-

al enfoque subjetivista, que resultan de menos resonancia en el mundo académico (sin negarles

cualquier mérito intrínseco que pudieran tener). Una de ellas es la llamada “etnoepistemología”

(

etnográficos en general (cultural-focales, cultural-regionales), con fuertes raíces en la antropología

de comienzos de siglo. Esta epistemología parte de la consideración de que la práctica científica

convencional o estandarizada (“ciencia normal”, en términos de Kuhn) es apenas una entre muchas

manifestaciones de la ciencia, al lado del conocimiento campesino y folklórico, por ejemplo, o el de

los adivinos, shamanes, sacerdotes, magos, curanderos, etc. En este sentido, la ciencia occidental no

es superior sino sólo paralela. La “ciencia”, entonces, no es lo que definen las comunidades científicas

del mundo académico convencional, sino aquella actividad de construcción de conocimiento útil

que ocurre al interior de las comunidades étnicas. Quedan planteadas tres áreas problemáticas globales

dentro de la

y el conocimiento epistemológico mismo. Para una reseña y amplia bibliografía, véase Maffie

& Triplett (2003). Está también la

social del

francesa (Woolgar, 1988), otras veces con la llamada

(constructivismo idealista extremo y anti-racionalismo: la razón ha muerto, cualquier sueño

es realidad y viceversa, etc.) y otras veces con las mismas tesis ya planteadas dentro del racionalismo

realista, al cual se le ignora (el conocimiento es construcción cognitiva, las teorías no tienen por

qué ser espejos exactos del mundo, etc., lo cual conduce a un

dentro de esta visión donde tiene lugar la crítica de Sokal y Bricmont (1999) y también,

probablemente, la llamada “guerra de las dos culturas”.

epistemología social parece ser la única conocidaOtras epistemologías subjetivistas: en este aparte se agrupan otras “nuevas epistemologías” adscritasEthnoepistemology), asociada al enfoque empirista-subjetivista y al paradigma de los tratamientosetnoepistemología: el conocimiento ordinario popular, el conocimiento especializadoepistemología constructivista, conectada unas veces con el constructivismoprograma empírico del relativismo y con el relativismo ontológico de la escuelanew age philosophy y con el posmodernismoconstructivismo trivial). Es, aproximadamente,

3.1.2. Las Epistemologías empiristas realistas

Aquí se agrupan aquellas

con raíces lejanas en el pasado, caracterizadas por una visión empirista, inductivista, analítica y

objetivista, bajo la tradición del paradigma neopositivista del Círculo de Viena (el enfoque de la

nuevas epistemologías surgidas en las décadas recientes, muchas de ellas

ciencia de los objetos observables

-

epistemology

).La Epistemología Testimonial: es llamada también “epistemología del testimonio” (testimony, epistemology of testimony) y, para muchos, está incluida en la epistemología social

(Fuller, 2002). Surge dentro del problema de las fuentes del conocimiento y de la justificación del

mismo y desarrolla las condiciones bajo las cuales el conocimiento en general, incluyendo el científico,

resulta válido no a partir de las propias construcciones del agente, sino de los procesos de

transmisión desde otras personas. Es, precisamente, en el caso de la ciencia donde más se revelan

los mecanismos transmisivos, testimoniales, como fuentes de conocimiento válido, en el sentido de

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que gran parte de la producción científica se fundamenta en lo que otros investigadores han logrado

y han comunicado. Las mismas nociones de comunicación, difusión y transferencia científicas sólo

pueden ser explicadas dentro de una

están en los siglos XVII (John Locke) y XVIII (David Hume y Thomas Reid). Dos de los

autores fundamentales en esta epistemología son Robert Audi y Anthony Coady (Coady, 1995).

Este último rebate la tendencia del sujeto (cartesiano, por ejemplo) a defender su propia autonomía

de juicio respecto a lo que los demás le transmiten y, en cambio, sostiene que “las cogniciones racionales

y empíricas no pueden suplantar completamente a las testimoniales, ya que dependen de

esta última, al menos bajo el perfil del horizonte lingüístico y comunicativo dentro del cual son elaboradas”

(op. cit., p. 18; trad. propia). Sostiene también que “el testimonio es una fuente de información

tan fundamental como lo es la percepción individual, la memoria individual y la inferencia

individual. Todo nuestro mundo de entendimiento, creencias y conocimiento se funda fuertemente

en nuestra confianza en lo que otras personas nos dicen” (entrevista en

epistemología testimonial. Los orígenes remotos de esta tendenciaRadio ABC, 2004, en

http://www.georgetown.edu/faculty/jod/encounter.htm

Hay cuando menos cuatro áreas problemáticas a las que se orienta la reciente

La primera tiene que ver con la naturaleza del testimonio: ¿acoger una proposición testimoniada

implica que el agente cree en dicha proposición? ¿En qué se diferencia un testimonio de una

afirmación? ¿Exige el testimonio la condición de que el agente sea sincero? La segunda se refiere a

la diferencia entre testimonios de expertos y testimonios de no expertos: ¿se requiere que el agente

sea un experto en la información testimoniada? Y la tercera atiende a la relación entre testimonio y

verdad: ¿cómo explicar los testimonios deliberadamente falsos? ¿Cómo explicar las reservas u ocultamientos

deliberados de información? ¿Cómo explicar los testimonios que son de terceras personas

pero que se fingen como propios u originales, que es el caso de los plagios y otras deshonestidades

en la ciencia? Este tercer aspecto vincula estrechamente la

científica y con el concepto de “ciencia y valores”. Un cuarto aspecto problemático tiene que ver

con la medida en que el testimonio depende de otras fuentes de conocimiento, lo cual divide a los

especialistas en dos grupos: los

a partir de otros elementos que están más cerca de una base (percepción, memoria, razonamiento…)

y los

de otros factores y se justifica en sí misma. Aunque en los últimos años ha habido una ingente producción

de estudios dentro de esta epistemología, es evidente que quedan muchos problemas por

resolver.

, trad. propia).epistemología testimonial.epistemología del testimonio con la éticareduccionistas, que consideran que la fuente testimonial se justificano-reduccionistas o emergentistas, que consideran que la fuente testimonial es independiente

mismo Thomas Bayes, del siglo XVIII, y se desarrolló a mediados del siglo XX, en los últimos

años se ha fortalecido como tendencia epistemológica (véase una exposición reciente en Bovens y

Stephan, 2003). Originalmente la

inducción, tanto en el sentido de un aparato formal para la lógica inductiva (lo cual había sido una

de las máximas aspiraciones del Círculo de Viena, en especial de Rudolph Carnap) como en el sentido

de una prueba pragmática de la racionalidad epistémica (

que justifican la deducción de modo que también justifiquen la inducción.

Sin embargo, aparte de sus aplicaciones a la teoría de la decisión, a la psicología, al aprendizaje y a

muchos otros campos, los más relevantes aportes de la

años tienen que ver con los procesos científicos. La teoría bayesiana de la confirmación, por una

parte, permite el análisis de las prácticas científicas y, por otra parte, tiene amplias aplicaciones a la

La Epistemología probabilística o bayesiana: aunque esta epistemología tiene sus raíces en elepistemología probabilística se orientó a la justificación de laself-defeat test), ampliando las leyesepistemología bayesiana en los últimos 16

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investigación social, concretamente en lo que desde no hace mucho se ha llamado

social bayesiana

en esto es que la investigación científica procede transindividualmente (ver arriba) y no es un

solo científico, sino grupos de científicos quienes deciden lo que es o no aceptado dentro de cada

área de trabajo. De hecho, prácticamente todo trabajo de investigación es sometido a la aprobación

de algún grupo de expertos (llámese “jurado”, “comisión de arbitraje”, “evaluadores”, etc.). En estos

casos las aplicaciones de la

del trabajo de los expertos en torno a las investigaciones sobre las que deben decidir. Estas

aplicaciones permiten, por ejemplo, normar la estructura de confiabilidad de los reportes. Permiten

también, dados múltiples reportes producidos por muchos evaluadores, usar un razonamiento probabilístico

que determine el grado de confiabilidad de cada uno de ellos, para decidir cuáles merecen

mayor credibilidad. En otro campo de aplicación, los razonamientos probabilísticos permiten

también homogeneizar o integrar globalmente en un solo paquete múltiples reportes evaluativos,

incluso divergentes entre sí, obteniendo un único resultado. En la práctica, para citar un ejemplo

más concreto, en la investigación empírica basada en instrumentos abiertos (cuestionarios no estructurados,

entrevistas libres, etc.) recientemente se ha difundido la aplicación bayesiana llamada “coeficiente

de proporción de rangos”, dentro de la fase interna de validación de resultados: se someten

los hallazgos a la consideración de un grupo de expertos y luego las valoraciones de estos expertos

son procesadas mediante esta técnica del coeficiente de proporción de rangos. Al final de este procesamiento

se obtiene una escala decisoria del tipo ‘igual o menor que 0.8, concordancia inaceptable;

mayor que 0.8 y menor que 0.9, concordancia aceptable; mayor de 0.9, concordancia muy

aceptable’. Con esto quedarían validados los resultados de la investigación, si se adopta esta aplicación.

Una de las consideraciones que resultan curiosas en la relación entre la

epistemología(incluyendo una epistemología bayesiana del testimonio). Una de las ideas centralesepistemología bayesiana o probabilística permiten un manejo controladoepistemología probabilística

y la investigación social (en especial atendiendo a este último ejemplo) es que queda implícita la

posibilidad de hacer investigaciones empírico-realistas usando técnicas abiertas de recolección de

datos, al modo de la

de investigaciones sólo podía trabajar con diseños experimentales o cuasi-experimentales, del tipo

de

“neopositivista” mediante técnicas abiertas, no estructuradas, sin diseños referidos a

medias poblacionales en el examen de relaciones entre variables, ya que uno de los principios de la

investigación cualitativa, superando así la creencia tradicional de que ese tipoanálisis de varianza, regresión múltiple, etc. Es decir, parece abrirse la posibilidad de hacer investigación

epistemología bayesiana

(

siglo XXI, entre la investigación

es la posibilidad de delegar la validez de los resultados en grupos de expertosepistemología testimonial bayesiana). Habría así un acercamiento sorprendente, propio delmedicional y las instrumentaciones propuestas por la investigación

cualitativa

(

ser humano no es medible”), de lo cual se infiere que las ofertas de esta epistemología no se orientan

a la llamada “investigación cualitativa”, sino sólo a los trabajos adscritos al enfoque empiristarealista.

A pesar de eso, en nuestros postgrados es frecuente ver hoy en día trabajos de investigación

de corte fenomenológico, vivencialista y hermenéutico que al mismo tiempo aplican estas derivaciones

de la

(algo así como decir: “el ser humano no es medible, pero lo estoy midiendo”). No hay

duda de que los próximos desarrollos de la

redimensionamientos de la investigación social para los años que siguen. De modo particular, hay

que reconocerle a la

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. El gran problema de esto es que parece contradictorio confesar un enfoque subjetivistacualitativista, en la herencia de Alfred Schutz) y al mismo tiempo creer en las probabilidades (“elepistemología probabilista, incurriendo así en graves vicios de inconsistencia epistemológicaepistemología probabilista habrán de ser clave en ciertosepistemología bayesiana, aunque no se comparta, el mérito de abrir perspecti___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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vas con respecto a ciertas brechas epistemológicas del siglo XX. La muerte del Positivismo, como

aducía Popper (1977:

en cuanto enfoque epistemológico subyacente.

-

realista (y los enfoques empiristas en general) están en la obligación de justificar la validez de

los datos de los sentidos en contacto con la realidad (validez de la

urgente que una

científicos alimentados por fuentes perceptuales. De allí la enorme importancia que tiene en la

producción científica actual el desarrollo de una

El punto de partida es que todo nuestro conocimiento fáctico depende del modo en que vemos, oímos,

olemos, gustamos y tocamos el mundo exterior. El problema está en si podemos confiar en los

conocimientos generados por estas formas de contactarnos con el mundo. En primer lugar, está el

asunto de saber cuáles de estos contactos sensoriales generan conceptos mentales, representacionales,

y cuáles no, más las diferencias entre ambos tipos de cosas (creencias perceptuales y contactos

perceptuales). Después está el problema de la potencialidad de estas percepciones (técnicamente, la

diferencia entre

o sólo “causan” o “provocan” o “inducen” ciertos conocimientos, sin que podamos decidir si

son falsos o no (recuérdese el caso de los espejismos en el desierto, por ejemplo)? Luego, sobre la

base de esta diferencia entre sensación pura y creencia formada, queda la pregunta por el proceso en

virtud del cual se pasa de la primera a la segunda: ¿cómo es posible la formación de conceptos mentales

definidos, como es el caso del conocimiento científico, partiendo de sensaciones o experiencias

sensoriales? Una respuesta histórica que debe ser considerada es el hecho de que el ser humano

ha ido creando instrumentos cada vez más sofisticados que sustituyen y resultan más eficientes que

nuestros sentidos (prolongaciones perceptuales: telescopio, microscopio, imaginología, acústicas,

ecosonografías, etc.), lo cual, aunque permite prever ciertas posibilidades tecnológicas suprasensoriales,

también revela la incapacidad natural de los sentidos: ¿hasta qué punto se puede confiar en

un aparato sensorial que se demuestra limitado e, incluso, engañoso y, por tanto, hasta qué punto se

puede confiar en prolongaciones tecnológicas que pueden ir mejorándose cada vez más sin que sepamos

cuál es el punto de desarrollo máximo, perfecto? Finalmente, ¿cómo puede supeditarse la

capacidad cerebral, responsable de la formación de conceptos y creencias, a la simple percepción?

Imaginemos a un individuo que nace sin ninguno de los sentidos naturales: ¿sería incapaz de cualquier

conocimiento? Al revés, imaginemos un individuo que nace con todos sus sentidos, pero que,

imaginariamente, careciera de cerebro y de procesamiento mental: ¿podría formar conceptos y generar

conocimientos? Este es un panorama general, tal vez rudimentario o escaso, al que se enfrenta

la

Se distinguen varias divergencias en las interpretaciones de una

cuales es importante el debate entre

en que se relacionan entre sí los elementos del conocimiento generado perceptualmente, con dos

respuestas:

especie de gran edificio, con conocimientos básicos (“fundamentales”) sobre los cuales descansan

(se justifican) todos los demás que están por encima, de modo que cada uno de ellos se justifica

sobre los que están más abajo, hasta llegar a los que están en la base, que son “fundamentales”, y

que no requieren de otros para ser justificados (son incorregibles o irrefutables) y seguros (no pueden

ser puestos en duda). El coherentismo, en cambio, ve todo como una red, en un mismo plano,

¿quién mató al positivismo lógico?), en realidad está todavía lejos, al menosLa Epistemología de la percepción: como se infiere de todo lo dicho hasta aquí, el enfoque empiristaexperiencia). Por tanto, nada másepistemología de la percepción, es decir, una meta-teoría que justifique los procesosepistemología de la percepción.justificación y causación): ¿generan conocimiento confiable (creencias justificadas)epistemología de la percepción.psicología de la percepción, de lasfundacionalismo y coherentismo: lo que se discute es el modofundacionalismo y coherentismo. Según la tesis del fundacionalismo, todo es como una

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Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

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en la cual unas creencias se justifican en el marco de esas relaciones reticulares, en la medida en

que resultan “coherentes” unas con respecto a otras.

3.1.3. Las Epistemologías racionalistas-realistas

En este aparte se reseñan las nuevas epistemologías surgidas en el seno del enfoque de las

de los objetos calculables o pensables

fuente genuina de la producción de conocimientos; de que, sin pensar en cómo podría ser la realidad

en sí misma, la función de la ciencia es construir modelos que imiten su funcionamiento y de que no

es necesaria la posibilidad de observar los hechos, sino que basta con poder imaginar (calcular) su

estructura interna, mediante el doble recurso iterativo del ensayo y error (hipótesis

ciencias, caracterizadas por las convicciones de que es la razón la1 falsación1,

hipótesis

-

2.2.3) se mencionaron las bases de esta epistemología, al lado (o dentro) de la

2 falsación2…,hipótesisn falsaciónn).La epistemología evolucionista: en la sección referida a los antecedentes del siglo XX (secciónepistemología naturalizada

de Quine (1969). Esta naturalización de la epistemología nace en el seno de una visión

empirista-realista y fue también recogida y reinterpretada, a su modo, por los enfoques subjetivistas

(por ejemplo, la epistemología feminista, la etnoepistemología, las versiones idealistas de la epistemología

social y aun el EPOR suelen declararse como

surgen también las propuestas del racionalismo realista, pero esta vez bajo la noción de evolución.

Sus proponentes para esa fecha (hasta 1990, más o menos: Popper, Lorenz, Campbell, etc.;

ver arriba) son ahora considerados dentro del grupo de los epistemólogos “evolucionistas tradicionales”

o “epistemología evolutiva tradicional”, basados en la tesis general de la

ciencia, o el progreso de la ciencia, pueden ser considerados como medios usados por las especies

humanas para adaptarse el medio” (citado en Losee, 2003, p. 140, trad. propia). Pero esta tesis después

logró recorrer mucho camino, sufrió varios cambios y generó nuevas tesis en los últimos 16

años, siempre dentro del enfoque racionalista-realista. Se mantiene la idea muy general de que toda

epistemología evolutiva consiste en explicar los procesos de conocimiento (incluyendo el científico)

desde el punto de vista biológico de una teoría evolutiva, usando modelos y analogías que den cuenta

de los cambios conceptuales y científicos y del desarrollo de teorías. Pero la simple tesis

naturalistas). Luego, más o menos paralelamente,adaptación: “laadaptacionista

dio paso a la tesis de la

dicha selección o selectividad universal), a la evolución desde el punto de vista del organismo, a la

evolución desde la perspectiva de los genes, a la interacción organismo-medio, a las teorías basadas

en el principio de la simbiogénesis universal y varias otras innovaciones, casi todas las cuales provienen

de la biología evolutiva y la mayoría de las cuales resultan más aplicables al estudio del conocimiento

en general que al conocimiento científico en particular.

Sin embargo, al lado de esta vertiente orientada a la evolución del conocimiento en general, conocida

como el “programa de la evolución de los mecanismos epistémicos” (el

siglas en inglés), dedicado a explicar la evolución de los aparatos cognitivos (sistemas cerebrales,

motores, sensoriales), nació también el “programa de la epistemología evolucionista de las teorías”

(

teorías, metodologías y culturas científicas, en buena parte desde el ángulo evolutivo de la selección

natural. Dentro de este programa, hace cinco años se publicó en inglés el interesante libro de William

S. Cooper, “La evolución de la razón: la lógica como rama de la biología” (

Reason: Logic as a Branch of Biology

lógica de decisiones, la lógica deductiva, la lógica clásica y las lógicas no clásicas. Esta obra repre

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selección natural (especificando los mecanismos universales deprograma EEM, por susprograma EET: Evolutionary Epistemology of Theories), dedicado a explicar la evolución de lasThe Evolution of), donde explica la derivación evolutiva de la matemática, la___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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senta un paso importante en la epistemología evolutiva de al menos un área importante del conocimiento

científico.

Por lo demás, recientemente se ha estado trabajando mucho en dos distinciones meta-teóricas: la

que diferencia entre la evolución dentro de un mismo individuo (evolución ontogenética, cuyos

orígenes están en la epistemología genética de Piaget) y la evolución a lo largo de la especie (evolución

filogenética). Por ejemplo, la pregunta de si los

cambiar a lo largo de la vida de una misma persona o si pudieran haber cambiado a lo largo de

la evolución de la especie humana se enmarca dentro de esa distinción

otra distinción meta-teórica que se maneja en los desarrollos actuales es la de una epistemología

evolucionista descriptiva-explicativa versus una epistemología prescriptita-normativa.

El futuro inmediato de esta epistemología evolucionista parece estar marcado por la oposición entre

una visión progresista, acumulativa, conducida perfectivamente (podría decirse que casi teleológicamente

y hasta determinísticamente) hacia un conocimiento científico convergente, que pueda

llegar al máximo de los ideales popperianos de

en esta visión general en Física) y otra visión indeterminista, aleatoria que, lejos de considerar una

llegada a centros convergentes, considera una explosión de divergencias al término de una línea

evolutiva anárquica, imprevisible y ateleológica. En breve, y por encima de la epistemología, es el

debate entre la visión de una evolución centrada en fines, dirigida a metas, y la visión de una evolución

azarosa.

-

y reinterpretada dentro de este enfoque deductivista-teoricista, con mucho menos modificaciones

que en el caso del subjetivismo. Esencialmente, el cambio ha estado en una inversión de la trayectoria

de búsqueda entre el plano empírico (la historia de la ciencia) y las hipótesis meta-teóricas (explicaciones

conjeturales). Mientras en la epistemología naturalista empirista (la original) se parte

inductivamente del plano observacional de la historia de la ciencia para encontrar patrones de regularidad

en el plano meta-teórico, en la epistemología naturalista racionalista se parte de modelos

hipotéticos en el plano meta-teórico para luego ser falsados en el plano observacional de la historia

de la ciencia, bajo el mismo estándar popperiano del ensayo y error. Esto implica un importante

énfasis en la

de contrastación de los modelos epistemológicos racionalistas.

Por otra parte, la misma propuesta de Quine en el sentido de que la epistemología se convierta en

una rama de la psicología ha sido reinterpretada en el marco de la llamada “revolución cognitiva”,

asociada a cosas como la inteligencia artificial, la lingüística computacional y generativa, las relaciones

mente-cuerpo, la robótica, el conocimiento ordinario, etc., tendencias que, por lo demás,

habían nacido también dentro de la tradición racionalista-realista de mediados del siglo XX. De

hecho, ya para esa época el mismo Chomsky había sostenido que la Lingüística debía ser parte de la

psicología cognitiva y que el lenguaje había de ser estudiado como un

de su concepción del lenguaje como módulo cognitivo adscrito al equipamiento biológico del ser

humano (al menos en parte, el célebre debate entre Quine y Chomsky pudo haber ayudado al desplazamiento

del naturalismo empirista de Quine hacia un naturalismo racionalista y anticonductista).

De esto se deriva que una de las presuposiciones centrales de esta epistemología naturalizada

racionalista está en que no existen diferencias estructurales significativas entre el llamado

“conocimiento de la psicología ordinaria” y el conocimiento científico. En Padrón, Hernández-

Rojas y Di Gravia (2005) se argumenta que las únicas diferencias relevantes entre ambos tipos de

Estilos de Pensamiento (Padrón, 2001) pudieranontogénesis/filogénesis. Laverosimilitud y certidumbre (también Einstein creyóLa Epistemología naturalizada racionalista: la ya mencionada tesis de Quine fue también recogidahistoriografía de la ciencia (más que en la simple historia de la ciencia), como terrenoobjeto natural, sobre la base

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conocimiento están en las propiedades de “socialización” y “sistematización”, esto es, en el hecho

de que el conocimiento científico tiene mayores alcances fuera del área de la individualidad subjetiva

y, además, resulta replicable y canónico. Atendiendo a una visión evolucionista, es muy probable

que el conocimiento científico haya sido el producto de un crecimiento progresivo del conocimiento

ordinario primitivo hacia niveles cada vez más elevados en esas escalas de socialización y sistematización,

nada de lo cual implica diferencias lógico-estructurales internas significativas.

-

termina de sintetizar, el estudio del conocimiento científico vendría a ser parte de las ciencias cognitivas,

es decir, los procesos científicos se analizarían desde el ángulo de los mismos modelos de

las ciencias cognitivas. En realidad es esta visión naturalizada del conocimiento científico, dentro

del enfoque racionalista-realista, lo que conduce directamente a una

un puente de continuidad y estrecha vinculación. Un estudio fundamental en ese sentido es el

de Carruthers, Sigeal, Stich (2002), en cuyo prefacio se lee lo siguiente (las preguntas formuladas

allí ilustran del sentido y alcance programático de esta epistemología):

La Epistemología Cognitiva: entre las consecuencias de la epistemología naturalizada que seEpistemología Cognitiva, mediante

La intención detrás de este proyecto fue la de agrupar a un conjunto seleccionado de filósofos,

psicólogos y especialistas en ciencias cognitivas para orientar preguntas como las siguientes:

¿qué elementos hay en la cognición humana que nos habilitan o nos adaptan para

hacer ciencia? ¿Tienen las competencias científicas algún tipo de bases innatas específicas

o son en cambio socialmente construidas mediante mecanismos generales de aprendizaje?

¿De qué modo se adaptan entre sí diferentes elementos de nuestra cognición para sostener

el tipo de razonamiento científico? ¿Hasta qué punto existen continuidades entre los procesos

cognitivos involucrados en el desarrollo del niño (los mismos que están involucrados en

las sociedades cazadoras-recolectoras) y los que son específicos de la investigación científica?

¿Hasta qué punto los mismos sesgos típicos del razonamiento humano impactan en la

ciencia y qué puesto ocupan las emociones en una explicación adecuada de la actividad

científica? ¿Qué tan importante es la dimensión social de la ciencia para comprender la

ciencia y la cognición científica?

Obsérvese una de esas preguntas:

involucrados en el desarrollo del niño (los mismos que están involucrados en las sociedades

cazadoras-recolectoras) y los que son específicos de la investigación científica?

ciertas conexiones con las epistemologías naturalizada y evolucionista y entre los planos ontológico

y filogenético. Es lo que hace que dentro del enfoque racionalista realista haya una interrelación

estrecha entre las diferentes epistemologías manejadas en los últimos años.

Como ya se sugirió, esta epistemología asume que la lógica de los procesos científicos inobservables

tiene una base cognitiva, lo que también podría significar que no son las dimensiones sociales

lo que centra el interés de la

racionalistas tiene una visión internalista de los procesos mentales, incluyendo los de la ciencia. En

la tradición del innatismo chomskyano y popperiano, por ejemplo, quedan marginados los esfuerzos

por explicar los factores externos de la cognición.

Entre las respuestas más recientes de la actual

científico, es representativo el trabajo de Gooding, Gorman, Kincannon y Tweney (2005), en el

cual se compilan estudios como, por ejemplo, el de David Klahr (“Un marco para los estudios cognitivos

de la ciencia y la tecnología”, Cap. 4, pp. 81-96), el de David Gooden (“Viendo el bosque

(op. cit., p. XI, trad. propia).¿Hasta qué punto existen continuidades entre los procesos cognitivosEsto implica yaepistemología cognitiva, entre otras razones porque buena parte de losepistemología cognitiva al problema del conocimiento

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por los árboles: visualización, cognición e inferencia científicas”, Cap. 9, pp. 173-218), el de Susan

Bell y otros (“Rompecabezas y peculiaridades: cómo los científicos atienden y procesan las anomalías

durante el análisis de datos”, Cap. 5, pp. 97-118) y el de Kevin Dunbar y Jonathan Fugelsanj

(“El pensamiento causal en la ciencia”, Cap. 3, pp. 57-80).

Hasta aquí la reseña explicativa de las llamadas “nuevas epistemologías”. Alguien, quizás, podría

extrañarse de que no hay mención a tendencias recientes importantes, tales como la “epistemología

de la virtud” (

moral”, la “epistemología de la religión”, la “epistemología reformada” y algunas otras

más. Una de la razones (además del espacio) es que dichas epistemologías no se refieren a la ciencia

sino al conocimiento en general, ya que, como se dijo al principio, en ciertos ámbitos académicos

se considera la epistemología como estudio del conocimiento humano, globalmente entendido,

dentro de lo cual se manejan esas epistemologías, mientras que aquí se adopta una concepción más

específica.

virtue epistemology, sumamente frecuente en la bibliografía especializada), la “epistemología

3.2. Problemas y debates en la Epistemología reciente

Estas nuevas epistemologías que se terminan de reseñar y que constituyen tendencias recientes en el

desarrollo de la epistemología, se han presentado como variaciones observables de unos pocos enfoques

epistemológicos subyacentes, con lo cual se intenta cumplir con el objetivo de explicar esas

tendencias, más que de describirlas como simple secuencia anecdótica de datos históricos. Lo importante

de esto es que las variaciones observables o paradigmas, tanto en la ciencia como en la

misma epistemología que analiza la ciencia, podrían ser explicadas como transformaciones o realizaciones

de sistemas de convicciones preteóricos o precognitivos (enfoques epistemológicos). Es la

hipótesis que se ha intentado manejar en toda esta exposición.

Pero, mientras por un lado estas variaciones pueden ser estudiadas en sus formas más compactas,

organizadas y consolidadas, como es el caso de las “epistemologías” aquí presentadas, también es

posible, por otro lado, estudiarlas en rasgos desagregables menores, como sería el caso de los problemas

particulares y correlativas divergencias que han empujado tanto la formación de los anteriores

paradigmas compactos como, globalmente hablando, el desarrollo reciente de la epistemología.

Esto último es lo que se trata de hacer en esta sección. Sin pretensiones de exhaustividad, debido a

la enorme proliferación de problemas y tratamientos divergentes, se tratará de apuntar hacia cuestiones

esenciales, asociándolas siempre a la misma hipótesis de los enfoques epistemológicos. Se

delimitarán en primer plano los problemas más importantes y, en segundo plano, se interpretarán las

correspondientes soluciones divergentes desde la perspectiva de los distintos enfoques epistemológicos.

No se mencionarán los problemas clásicos, anteriores al siglo XX (el origen del conocimiento,

la relación con el objeto, etc.), ni tampoco aquellos de ese mismo siglo que no han llegado a tener

mayores desarrollos ni avances significativos (algunos problemas han sufrido un cierto estancamiento),

sino sólo aquellos en torno a los cuales se han reportado novedades interesantes. Como

se dijo al principio, se descartarán también los tratamientos propios más de la gnoseología que de la

epistemología (teoría de la ciencia).

3.2.1. El problema de la justificación

Obviando algunas discusiones en torno al significado del término “justificación”, este problema

surge cuando el investigador o los usuarios de una investigación se preguntan por el grado de credibilidad

o de confianza que se puede depositar en los resultados obtenidos. Los niños, por ejemplo,

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atraviesan una cierta etapa “contrastiva” en la que se empeñan en averiguar las bases sobre las cuales

decidir si creen o no en aquello que se les dice: “¿y quién te dijo eso?”, “¿cómo sabes tú eso?”,

“¿cómo sé si eso es verdad?” son preguntas típicas de esa edad. Se sabe ya, desde la época de la

falsación

ningún otro dato informativo, pero sí podríamos identificar sus errores. Y, mientras no se identifiquen

errores, también podemos ir acumulando indicios que aumenten la verosimilitud o el grado de

certidumbre de esos hallazgos. Los neopositivistas del siglo XX, por su parte, también identificaron

que la investigación científica tenía dos aspectos: el de las circunstancias sociales, culturales y psicológicas

que promueven un cierto hallazgo, al cual llamaron “contexto de descubrimiento”, y el de

los pasos operativos

los cuales se llega a tales hallazgos, al cual llamaron “contexto de justificación”. Para el enfoque

empirista-realista, nadie creería en ciertos hallazgos atendiendo sólo al

Muy pocos tomarían en cuenta justificaciones del tipo “x es verdad ‘porque lo presiento…’, ‘porque

lo soñé…’, ‘porque me lo dijo un ángel…’, ‘porque se le ve en los ojos…’”, etc. La dificultad está

en que los hallazgos de conciencia, íntimos, exclusivamente subjetivos, son incomunicables, pertenecen

sólo al individuo y nadie más puede replicar o reproducir esos hallazgos. Pero en los enfoques

idealistas-subjetivistas, por el contrario, se confía en “el asentimiento del lector experimentado

y competente en una impresión ‘sí, es así’. Tal lector competente comprueba, pues, hermenéuticamente,

la contundencia de lo dicho en su propia experiencia de vida; él examina el texto bajo el

punto de vista de si reproduce o interpreta adecuadamente esta experiencia (…).La auténtica fortaleza

del método fenomenológico está en el ‘nivel individual’ de los que lo aplican (amplitud de experiencia

o de inteligencia o ambas cosas a la vez)”. Seiffert, 1977, pp. 241, 244, citado antes

de Popper, que jamás podríamos garantizar la verdad de los hallazgos de la ciencia, ni debien-definidos (metodológicos, procedimentales, instrumentales) a través decontexto de descubrimiento..

Por otra parte, el problema de la justificación del conocimiento científico se plantea también desde

el plano de sus usuarios en la sociedad, el de las personas comunes: en una obra reciente (Ladyman,

2002, pp. 13-14) se formula este problema a través de un diálogo en que uno de los personajes reta

al otro a explicar por qué sus creencias, basadas en lo que dicen los científicos, están mejor justificadas

que las creencias en los ángeles y los demonios o los espíritus y la brujería. “Desde luego”,

dice el autor, “hay muchas cosas que todos creemos y que no podemos comprobar directamente por

cuenta propia; por ejemplo, yo estoy convencido de que el arsénico en grandes dosis es tóxico, pero,

hasta donde puedo recordar, ni siquiera he visto jamás un frasco de arsénico ni he comprobado sus

efectos” (p. 13, trad. propia), de modo que uno suele confiar en lo que le dicen y uno justifica esas

creencias por el hecho de que en sí mismas aparecen dotadas de justificación, pero al individuo

común no le consta nada de eso. “Nos gusta creer, sin embargo”, continúa el autor, “que hay una

diferencia entre nuestras creencias científicas y las creencias en la brujería, lo cual explica por qué

gastamos tanto en medicinas y tratamientos médicos cuando todo sería mucho más barato con unos

cuantos sortilegios y sacrificios de animales. (El individuo común) piensa que el método científico

es lo que hace la diferencia, que sus creencias son producidas y comprobadas por dicho método y

que todo ello tiene algo que ver con experimentos y observaciones” (p. 14). De hecho, la publicidad

comercial, en sus intentos persuasivos, suele recurrir a expresiones como “científicamente comprobado”,

“de base científica”, “producto de largas investigaciones científicas”, etc.

Las divergencias en el tratamiento e intentos de solución de este problema han sido múltiples y variadas

en las últimas décadas. Cabe destacar, dentro del empirismo realista, los resultados “por evidencias”,

prolongación del tradicional “naturalismo metodológico” o “naturalismo científico” (que

no tiene que ver con la

respecto a la “confirmación”. En la medicina actual, por ejemplo, se ha difundido mucho el “dia

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epistemología naturalizada) en el contexto del neopositivismo y de sus tesis___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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gnóstico por evidencias”. Igualmente, en ese mismo enfoque, la

1995; ver arriba) intenta proveer respuestas serias a la justificación del conocimiento científico,

no sólo en el mismo plano interno de la investigación científica sino también en el plano de los

usuarios ordinarios de la ciencia, con lo cual buscan responder al problema antes mencionado de

por qué los individuos comunes solemos confiar en los conocimientos científicos. Otra respuesta

divergente, en el marco del racionalismo realista y de su representación popperiana, es el “falibilismo”.

Ya formulada en pleno siglo XX (“no hay verdades terminantes, conclusivas o definitivas”),

en los años recientes se ha detallado, profundizado y debatido mediante muchos estudios. Desde el

2000 para acá, el

imposibilidad del conocimiento, sino las limitaciones del equipamiento cognitivo, más la esperanza

de ir progresando lentamente hacia la verdad; ver Hetherington, 2002). También ha tenido que enfrentar

los cargos de circularidad, precisando sus propias definiciones y nociones implícitas (si el

conocimiento es falible, también lo es esa misma frase; ver Reed, 2002) y, finalmente, ha desembocado

en algunas variantes internas de esa misma tesis, que han generado otras formas de falibilismo,

siendo una de las más interesantes el análisis de las teorías como organismos que tienen una especie

de “fecha de vencimiento” o marca de caducidad (ver Morton, 2003, en especial el capítulo 5).

Otras posturas respecto a este problema pueden ubicarse en relación con el debate externalismo/

internalismo, en una de sus varias acepciones corrientes. Para el externalismo, la justificación

del conocimiento debe buscarse en áreas externas, más allá de una lógica de la ciencia. Allí pueden

situarse algunas posturas del enfoque racionalista en la tradición de Kuhn, Lakatos, Laudan y de la

epistemología social de Alvin Goldman (Goldman, 1999), tal como el “narrativismo” (

justification

También se encuentran en el externalismo las versiones sociohitoricistas herederas de la Escuela de

Frankfurt (

de dominación), así como las posiciones intimistas o subjetivistas en la línea de Seiffert

(1977), desde donde se han acentuado las implicaciones de la hermenéutica y la fenomenología a

favor de los factores intuitivos, reflexivistas (se ha llegado, incluso, a hablar de justificaciones “sujetológicas”).

En el internalismo, en cambio, la justificación del conocimiento debe buscarse en

áreas estructurales internas, lógico-metodológicas, como la relación observación-contrastación

(empirismo realista) y las condiciones lógico-formales, meta-teóricas, de adecuación no empírica

(racionalismo realista). Una tendencia internalista que se ha acentuado es el “instrumentalismo”, ya

formulado desde hace mucho (el conocimiento científico se justifica no en su grado de verdad/

falsedad, sino en su eficiencia para explicar, predecir y derivar tecnologías de control), pero

recientemente reformulado mediante tesis pragmatistas y utilitarias vinculadas a la aplicabilidad de

la ciencia (“toda observación está cargada de intervención”, al decir de Hacking, 1983).

Quedan por fuera, por razones de espacio, muchas ofertas de solución que podrían ser tan importantes

como las que se han mencionado. Sin embargo, el punto central es que hoy en día este problema

de la justificación del conocimiento está sumamente lejos de ser medianamente resuelto y, probablemente,

jamás se llegue a una solución, considerando que las bases de discusión se hallan en el

plano pre-cognitivo de los enfoques epistemológicos (el plano de la indecidibilidad de los debates).

epistemología del testimonio (Coady,falibilismo ha debido responder a las acusaciones de escepticismo (no se plantea lanarrative, que ubica la referencia justificativa en la historia y en los programas de investigación).teoría crítica: el conocimiento se justifica en las esferas de poder y control y en las relaciones

3.2.2. El problema de las ciencias sociales

Otro de los problemas que ha ocupado el desarrollo de la epistemología reciente es el de las ciencias

sociales, sobre todo en su relación con las ciencias naturales (una buena reseña de este desarrollo

puede verse en Turner & Roth, 2003). Aparte de las producciones orientadas en sí mismas a una

.

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epistemología de las ciencias sociales (como el caso de Bunge, 1999), lo más interesante está en la

evolución del debate sobre las diferencias específicas, radicales y sustantivas entre “ciencias del

espíritu” y “ciencias de la naturaleza”, para decirlo en los mismos términos en que se ventiló dicho

debate desde comienzos del siglo XX. Como se sabe, Dilthey impugnó la concepción y métodos de

las ciencias naturales en los estudios sociales, por considerar que se fundamentaban en las relaciones

de causalidad (cosa que dejaría de ser cierta con el correr de los años), imposibles de aplicar en

las “ciencias del espíritu”, proponiendo a cambio las nociones de comprensión e interpretación e

introduciendo la “hermenéutica” (uno de sus primeros esfuerzos académicos había sido escribir la

biografía de Schleiermacher, estudioso de la hermenéutica, para ese entonces casi olvidado). Luego

Husserl ampliaría muchas de estas ideas y añadiría la concepción “fenomenológica” de los estudios

sociales, quejándose de las imprecisiones anteriores. Tácitamente dirige su crítica también a Dilthey,

a juzgar por lo que dijo en su famosa conferencia de Viena:

Actualmente en todas partes encontramos la ardorosa necesidad de entender el espíritu y ya

la ambigüedad de la conexión metodológica y factual entre ciencias naturales y ciencias del

espíritu resulta insoportable. Dilthey, uno de los grandes científicos del espíritu, ha dirigido

toda su energía vital a clarificar la conexión entre naturaleza y espíritu (…). Los esfuerzos

de Windelband y Rickert en ese mismo sentido desafortunadamente no han logrado formar

la idea deseada. Como todos, estas personas siguen todavía atados al objetivismo

propia; puede verse la versión inglesa en

philcris.html

La Escuela de Frankfurt recogería después estas mismas tesis (Habermas, por cierto, con su noción

de “ciencias empírico-analíticas”, confunde en una misma clase tanto al empirismo como al racionalismo

de su propia época, tal vez intentando reproducir la misma idea de “ciencias de la naturaleza”).

Y, finalmente, desde el último cuarto de siglo hasta ahora, la tesis de la especificidad epistemológica

y metodológica de las ciencias sociales frente a las ciencias naturales ha tenido un auge

especial, igual que críticas también muy especiales. Y algo curioso en este auge es que no se ha

limitado sólo a las publicaciones especializadas, sino que ha trascendido significativamente a la

práctica cotidiana de la investigación universitaria en casi todo el mundo. Bajo declaraciones explícitas

de complejidad del fenómeno social, de necesaria subjetividad y, a veces, de hostilidad diltheyana

hacia las ciencias naturales, en nuestras universidades se diseñan proyectos y trabajos de

grado y ascenso que resultan fieles aplicaciones de esta tesis, aunque no siempre estén enraizadas

en un dominio directo de las perspectivas de fondo, sino más bien en informaciones “testimonialmente”

transmitidas por profesores y por alguna bibliografía puntual. Como en muchas otras cosas,

de esta práctica investigativa resultan dos tendencias académicas: una que honesta y seriamente

ensaya los postulados de las “ciencias del espíritu”, esforzándose en atender a las necesidades de

credibilidad y validación intersubjetiva de los resultados, y otra que aprovecha las compuertas de la

subjetividad y del relativismo para hacer retórica, literatura o discurso vanidoso, sin ideas de fondo

(Padrón, 2000). Es la misma motivación de las

(1999), que además tiene muchos antecedentes (como la de Popper en

otras muy numerosas).

Las últimas versiones de esta tesis de la especificidad de las ciencias sociales se asocian fuertemente

al relativismo, al anti-realismo, a la subjetividad, al holismo indiscriminante y, en síntesis, al “todo

vale” de Feyerabend. Parece inevitable citar, en este sentido, a Edgar Morin, con sus nociones de

las tres teorías, la auto-organización, la epistemología de la complejidad, la oposición entre pensa

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Conferencia en el III Congreso de Escuelas de Postgrado del Perú, 22-24 de Noviembre de 2006. Universidad Nacional

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(trad.http://www.users.cloud9.net/~bradmcc/husserl_).imposturas intelectuales de Sokal y BricmontAgainst the big words, entre___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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miento lineal y pensamiento complejo, el conocimiento enciclopedante y, más recientemente, las de

transcomplejidad, transdisciplinariedad, etc. (véase la célebre “carta de la transdisciplinariedad” de

la reunión internacional celebrada en el convento de la Rábida, España en 1994). La versión de Morin

respecto a la especificidad de las ciencias del espíritu puede sintetizarse en la idea de que las

ciencias naturales son desdeñables porque aíslan el objeto de estudio, excluyen al sujeto de su propia

investigación y de su propia relación con su objeto y descartan todo aquello que no pueda ser

expresado en términos lógico o matemáticos (de hecho, Morin comenzó siendo cinematógrafo surrealista

y jamás se especializó en matemática, lógica ni en ciencias naturales, aunque impresiona su

capacidad para aprovechar convenientemente ciertas nociones de la física, la matemática y la termodinámica

de sistemas). Por supuesto, hay muchas objeciones obvias, sin profundizar demasiado,

que se le pueden hacer a estas tres razones de Morin y, en general, a todo su trabajo y a su tipo de

discurso, tan obvias que muchos no se explican la repercusión que ha tenido en niveles internacionales

e institucionales (por ejemplo, la UNESCO creó en El Salvador la “cátedra itinerante de Pensamiento

Complejo y Transdisciplinariedad”; se creó también la “Asociación por el Pensamiento

Complejo y la Transdisciplinariedad” con sede en París y delegaciones en varios países; y, en la

actualidad, son más bien pocos los seminarios doctorales en los que no se manejan las propuestas de

Morin).

Uno de los recursos frecuentes de esta tendencia es la de reinterpretar arbitrariamente ciertas cosas

de la física y la matemática, a su propio favor. Por ejemplo, la teoría einsteniana de la

los problemas del observador en física se malentienden como

al sujeto”), añadiendo además retóricas tremendistas del tipo “la relatividad conmocionó terriblemente

los pilares de la física newtoniana”; las nociones de complejidad y caos, nacidas con los

relatividad yrelativismo subjetivo (“todo es relativo

tres cuerpos

desorden y pereza mental en las ciencias sociales; y la incertidumbre de Heisemberg, que por

cierto está definida con una fórmula matemática muy precisa, es malentendida como preferencia

por los misterios y oscuridades. De hecho, en muchas de las versiones actuales de esta tendencia

resulta obvio el gusto por la zona de los misterios y los arcanos enigmáticos e impenetrables, aquella

zona donde reinan a su antojo los gurúes y los profetas. Por lo demás, sobra añadir que todo esto

aparece vinculado a las tendencias globalizantes del

posmodernista y, más en general, a un cierto renacimiento del discurso deslumbrante y

anticognitivo que, según parece, podría estar tipificando al naciente siglo XXI.

Las objeciones a esta tesis de la especificad sustantiva de las ciencias del espíritu o ciencias sociales

pueden sintetizarse en lo siguiente: primero, no es cierto que las ciencias naturales sistemáticamente

se orienten por la relación de causalidad ni por la necesidad de observación-experimentación; tampoco

es cierto que sólo consideren los objetos observables; tampoco es cierto que excluyan lo que

no es medible ni formalizable (en realidad, los sistemas formales son sólo recursos lingüísticos que

traducen pensamientos, para lo cual el investigador puede contratar a cualquier experto que formalice

sus ideas, en caso de que él mismo no sepa cómo hacerlo); tercero, el holismo es una operación

mental que fija sus propios linderos de demarcación conceptual, de donde se sigue que el error metodológico

estaría sólo en dejar por fuera elementos relevantes para el análisis, pero los “todos”

carecen de existencia ontológica; finalmente, el hecho de que los objetos sociales puedan dar testimonio

de sí mismos, lo cual no ocurre con una piedra o un cometa, por ejemplo, no implica un

cambio epistemológico sustantivo, sino apenas, a lo sumo, un cambio procedimental e instrumental.

En síntesis, los argumentos esgrimidos desde la óptica de esta tendencia no parecen rebatir los ideales

de una

de Poincaré y la mariposa de Lorenz, son malinterpretadas como necesidades de anarquía,New Age, al constructivismo idealista, al pensamientociencia unificada (por cierto ¿no es una contradicción al holismo la pretensión de ver

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como cosas separadas las “ciencias del espíritu” y las “ciencias de la naturaleza”? ¿Por qué no trabajar

en una visión holística de ambas cosas?). En cualquier caso, las discusiones se hacen imposibles

cuando se sostiene que este tipo de contra-argumentos pertenecen a un “pensamiento lineal”,

ante lo cual se termina cualquier conversación.

Por otro lado, en los enfoques empiristas y racionalistas ha habido también importantes desarrollos

en el tratamiento epistemológico de las ciencias sociales, independientemente del debate que se

acaba de exponer. A modo de ejemplo, pueden citarse los estudios que relacionan lógica de decisiones

y grados de creencia; los estudios en metodología de la elección racional; la modelación matemática

y simulación computarizada de modelos en ciencias sociales; el análisis y evolución del

concepto de comprensión en ciencias sociales, etc. (más detalles en Turner & Roth, 2003). Para un

trabajo bastante completo en epistemología de las ciencias sociales, que incluye una propuesta de

superación del dualismo analiticidad/holismo, y muchos otros aspectos en discusión, véase Bunge

(1999).

Sólo se consideraron dos grandes áreas problemáticas en la epistemología reciente, probablemente

las más importantes, pero jamás las únicas. Ha quedado por fuera una gran cantidad de estudios y

reseñas. Algunas áreas problemáticas no tratadas aquí son, por ejemplo, la de los fines o metas de la

ciencia, tanto en el plano teórico como práctico; la que concierne al método (problemas de la inducción,

deducción, intuición…); la que tiene que ver con el determinismo e indeterminismo, etc. Razones

de espacio impiden un tratamiento que sea al mismo tiempo exhaustivo, práctico y referencial.

Sin embargo, el objetivo de esta exposición fue la de proponer un marco explicativo, no histórico,

no descriptivo y no anecdótico en torno a las tendencias recientes en epistemología. Es de esperar

que, utilizando este mismo marco explicativo, cualquiera pueda ahondar en una visión mucho

más completa.

4. CONSIDERACIONES FINALES

Lo que se ha expuesto conduce a varias preguntas y consideraciones. Una pregunta central se refiere

a la función de los estudios de epistemología en los postgrados, en la formación de investigadores

y en la práctica cotidiana de la investigación en nuestras universidades latinoamericanas. Sin pretensiones

de respuesta, parece importante evaluar el tipo de orientación que en tal sentido se le suele

dar a la epistemología. Si esta disciplina es orientada en un sentido de erudición filosófica, de discusiones

pormenorizadas o de profundidades altamente especializadas, se perderían las necesarias

conexiones con los intereses más concretos de los estudiantes e investigadores. Lo mismo, o peor,

ocurre cuando la epistemología es orientada en términos de reflexión libre, subjetivista, relativista y

cargada de buen hablar y de discursos brillantes. No se niega que la primera de esas dos orientaciones,

aquella de tendencia profundamente técnica y erudita, es parte necesaria de la formación especializada

de filósofos. Tampoco se niega que la segunda de ellas puede generar dividendos a la hora

de ahorrar esfuerzo intelectual y hasta dividendos de prestigio individual e influencia. Pero, en

términos muy generales, debería considerarse una orientación de la epistemología como fundamento

para la investigación que se realiza en la práctica y para la gestión de la misma en los planos curricular

e institucional. Se ha dicho hasta la saciedad que el conocimiento científico y tecnológico es

la base del desarrollo social, de modo que las sociedades que produzcan ese conocimiento serán las

más aventajadas, mientras que las que no lo hagan se verán condenadas a importarlo, acentuando

así sus ataduras de subordinación y colonización y alejándose de las metas de soberanía e independencia.

Es urgente, entonces, promover la investigación como recurso para la producción autónoma

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de conocimientos, lo cual depende no sólo de la creación de experticias y aprendizajes individuales

y grupales, sino también de la eficiente gestión y organización de los procesos investigativos. ¿Y

sobre qué bases, directrices y referencias podría promoverse y conducirse todo eso? Es allí donde

interviene la epistemología, concebida como teoría que explica el conocimiento científico y no como

erudición filosófica ni como reflexión retórica.

Ya el tiempo ha mostrado que las referencias para la investigación no están en los manuales de

“metodología de la investigación” ni en los textos normativos institucionales. Las discusiones y

decisiones en materia de ciencia se resuelven sólo en la epistemología teóricamente entendida, asociada

a la historia de las investigaciones, que es su correlato empírico, y no en los seminarios, manuales

y textos de

e investigadores justifiquen sus diseños o sus operaciones de trabajo remitiéndose a lo que

dice el autor de tal o cual manual de metodología (manuales que, por cierto, a menudo omiten las

referencias a una teoría de la ciencia), ya que estaríamos ante una simple falacia

así como si se dijera “la operación p es correcta porque así lo estipula en su manual el señor o la

señora k”. Es necesario que el estudiante maneje directamente nociones epistemológicas que expliquen

o intenten explicar determinadas operaciones a la luz de un cierto marco conceptual insertado

en un enfoque epistemológico determinado. Pero para ello se necesita una formación epistemológica

de alcances explicativos, no normativos (ni, por supuesto, eruditos ni retóricos). En realidad, si la

epistemología es una teoría, entonces debería ser posible derivar de ella sus tecnologías asociadas,

con lo cual la vieja “metodología de la investigación” pasaría a ser sustituida por una “tecnología de

la investigación”, en el sentido de sistemas prácticos, aplicativos, teóricamente basados y con mayores

alcances.

Otro tanto habría que decir con respecto a los mecanismos de gestión institucional de investigaciones,

donde no bastan las nociones prescriptivas tomadas de las áreas gerenciales y organizacionales

en general, ya que la conducción de los procesos de investigación implica tomas de decisión que

resultan sumamente específicas y cuyos fundamentos particulares no se hallan sino en una teoría de

la investigación.

Otra consideración que podría ser importante concierne a la necesidad de visiones de continuidad e

interrelación en el tratamiento de los contenidos epistemológicos, lo cual remite una vez más al

carácter explicativo de la epistemología. Las visiones descriptivas, anecdóticas o históricas, en las

que el estudiante se ve obligado a memorizar nombres de autores, fechas y títulos de obras no parecen

conectarse con la necesidad de una base de discusión y de decisiones a la hora de diseñar investigaciones

y de gestionar ese tipo de procesos. Hace falta que todos esos contenidos epistemológicos

sean interrelacionados en cuadros coherentes de alcance explicativo. Aquí se trabajaron algunos

de esos posibles cuadros (la hipótesis de los enfoques epistemológicos, la noción de estructura diacrónica,

etc.; ver la sección 1) y, al menos superficialmente, parecen ser eficientes para interrelacionar

los contenidos epistemológicos. Pero, evidentemente, no son los únicos ni, probablemente, los

mejores, así que quienes tienen responsabilidades e intereses en el área de la epistemología podrían

ir aportando nuevas y mejores ideas al respecto. Lo importante es contar con algún tipo de recurso

que evidencie los nexos entre los contenidos epistemológicos y que los haga más fecundos y más

próximos a las necesidades prácticas de la investigación universitaria.

Aunque el tema de esta exposición estuvo regulado por ciertas intenciones de actualización en la

materia, se pretendió también, en el fondo, ofrecer un marco explicativo proyectado hacia la discu

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metodología de la investigación. No basta, por ejemplo, con que nuestros estudiantesex auctoritate, algo___________________________________________________________________Tendencias epistemológicas de la Investigación Científica en el Siglo XXI. Versión escrita de la

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sión de las posibilidades de aplicación práctica de la epistemología en nuestros postgrados. Es de

esperar que estas ideas puedan ser un aporte para esa discusión.

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